Miembros de Equo, Guelaya, Juventudes Socialistas y Salvemos el Río de Oro acudieron ayer al PEC para protestar contra la ‘política del hormigón’ y la especulación urbanística.
Los grupos ecologistas de la ciudad autónoma mostraron ayer su más profundo rechazo hacia el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), que se encuentra actualmente en periodo de exposición pública antes de ser aprobado de manera definitiva por la Asamblea de Melilla.
Varias asociaciones de corte medioambiental, como Guelaya, la Plataforma Salvemos el Río de Oro, así como dirigentes de Juventudes Socialistas y Equo, acudieron ayer por la tarde al Palacio de Exposiciones y Congresos (PEC) donde desde el pasado lunes se ofrece información sobre el PGOU, para protestar por el contenido de dicho documento.
Unas quince personas, aproximadamente, tomaron posiciones en la entrada principal del edificio con una pancarta en la que expresaban su rechazo a la “política del hormigón”, reclamaban una movilidad sostenible y se mostraban contrarios al proyecto de cubrimiento del Río de Oro.
El máximo dirigente de Equo en la ciudad autónoma, Manuel Soria, quien también es miembro de Salvemos el Río de Oro y lideró Guelaya en el pasado, afirmó a El Faro que el principal punto negro que encuentra en el PGOU es que la mayor parte de sus actuaciones están basadas en el hormigón, lo cual “no conjuga con el principio de sostenibilidad que el Gobierno local asegura defender”.
Además, explicó que ayer acudieron con camisetas blancas al PEC “como señal de transparencia y legalidad”, pues auguró que el PGOU se convertirá en una herramienta “para favorecer la especulación urbanística”.
Entre otros aspectos, Soria consideró que uno de los pilares del documento, la previsión de que Melilla contará con una población de 110.000 habitantes en una década, “es completamente errónea” y señaló que se ha “inflado” esa cifra para justificar la creación de viviendas e infraestructuras.
Por otro lado, apuntó que este proyecto se debería haber realizado de manera conjunta con un Plan de Movilidad, cuyo estudio preliminar se iniciará en breve, según anunció ayer el Gobierno de la Ciudad Autónoma.
“El cubrimiento del río lo convertirá en una alcantarilla”.
Pero si existe un proyecto en el PGOU que ha levantado ampollas entre los grupos ecologistas es el del cubrimiento de la desembocadura del río de Oro. No es la primera vez que Guelaya o la formación política Equo se muestran contrarios a esta iniciativa, que también es la principal causante del nacimiento de la plataforma ciudadana Salvemos el Río de Oro.
En palabras de Soria, el proyecto conseguirá que el cauce “se convierta en una auténtica alcantarilla”, frase que podía leerse en la pancarta que portaban ayer los ecologistas. En opinión del máximo dirigente de Equo, el río debe contener el mínimo número de elementos artificiales.
“El riesgo está en los grandes volúmenes de residuos que arrastra la corriente y que pueden colisionar con las columnas interiores del cubrimiento o taponar sus huecos, generando un gran destrozo en la zona”, alertó el dirigente ecologista.
Por otro lado, recordó que Melilla no controla el 90% de su cuenca hidrográfica, ya que está situada en el país vecino y realmente “se desconoce lo que pueda venir de allí”. Además, subrayó que en la red hidrográfica local existen numerosas chatarreras instaladas en el propio cauce del río o en sus riberas. “No es la primera vez que grandes volúmenes de residuos han sido arrastrados caudal abajo, incluyendo trozos de valla fronteriza”, apuntilló.
En la misma línea, aseguró que la realización de esta obra convertiría el río en una “gran alcantarilla” que dejaría fuera de la vista una gran superficie que pudiera dar problemas de suciedad y seguridad.