Los datos del paro en la Ciudad Autónoma, como ya adelantó El Faro en su edición de ayer, se incrementaron en 142 personas, una cifra que rompe la tónica general del país, donde se ha producido un descenso de más de 6.600 personas, una cifra no excesivamente alta pero que es el primer dato positivo en esta lucha contra el desempleo, después de ocho meses de subidas consecutivas.
No son números, además, para echar las campanas al vuelo, entre otras cosas, por la celebración de la Semana Santa en este mes de abril que como todos los años supone un aumento de la contratación.
En Melilla, desde luego, no ha sido ese el caso, y la que se avecina para el próximo mes todavía puede ser más desesperante, como ayer recordaron tanto políticos como sindicatos.
Los planes de empleo están a punto de finalizar y serán muchas las personas que de nuevo se vean en la calle y sin opciones de poder encontrar un puesto de trabajo.
Las críticas a la reforma laboral no paran de llegar desde los sindicatos y la oposición, mientras que el Gobierno pide confianza y un margen de tiempo para que pueda apreciarse sus efectos.
Lo malo de todo este asunto es que el saco de la paciencia cada vez está más agotado y los casi cinco millones de desempleados de España, de los cuales 11.205 son de Melilla, ya no saben de donde sacar ese tiempo que se les pide para poder ver como la situación cambia.