Melilla ha sido elegida por la prestigiosa Fundación Norman Foster para investigar sus posibilidades como ciudad sostenible. Uno de los proyectos más ambiciosos del arquitecto británico que también ha seleccionado Ciudad del Cabo y Freetown, en Sudáfrica.
El año pasado, uno de los arquitectos más reputados de los siglos XX y XXI desarrolló el mismo programa en Bilbao, ciudad muy vinculada a Foster. No en vano, a él se le debe el metro de Bilbao cuyas bocas de entrada son conocidas popularmente como ‘fosteritos’ en honor a su persona.
Nacido en Manchester en 1935, Norman Foster ha recibido numerosos premios (entre otros, la medalla de oro del American Institute of Architects-AIA en 1990, el Premio Pritzker en 1999, y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2010).
Además, es Sir, Lord y Barón Foster de Thames Bank. Sus edificios, los más numerosos en el haber de un arquitecto, están presentes en los cinco continentes.
Con este currículum a sus espaldas no es de extrañar que la Ciudad Autónoma pusiese a disposición de la Fundación Norman Foster todas las facilidades para que elaboren la que sería la Melilla sostenible, una ciudad del futuro.
Desde hace tres días, el secretario general de la Fundación Norman Foster, David González, junto a su equipo, han estado visitando Melilla para llevar a cabo una serie de labores de investigación en el marco de actuaciones para ciudades sostenibles.
El consejero de Fomento, por su parte, Miguel Marín, se mostró gratamente satisfecho por esta elección por dos motivos: “el primero de ellos porque nos aporta visibilidad. Estamos hablando de trabajos de investigación, utilizando la tecnología y los diseños sostenibles para cambiar ciudades, y en segundo lugar por el resultado que arroje la investigación”.
El trabajo que se va a ejecutar se divide en cuatro fases: una primera de diagnóstico; una segunda de búsqueda de soluciones; la tercera sería implementar esas soluciones y la cuarta fase sería la presentación de resultados y propuestas concretas para poder ejecutar dentro de este proyecto.
El secretario general de la Fundación Norman Foster, David González, durante su intervención agradeció, en primer término, la hospitalidad que “hemos sentido en todos los rincones que hemos recorrido. Agradecimiento absoluto desde el presidente de la Ciudad hasta el último de los ciudadanos que nos hemos encontrado”.
Tras estas palabras, David González, explicó los motivos por los cuales la Fundación Norman Foster se fijó en Melilla para este estudio: “al final se trata de una colaboración conjunta. No es que nosotros elijamos. Pero, en primer lugar, el tema de la interculturalidad, su especial idiosincrasia por su situación geopolítica, el desarrollo de Melilla, así como ese carácter dual civil y militar creo que hacen de Melilla una ciudad única en el mundo, con una singularidad muy especial en todo el mundo y que ofrece un gran abanico, tanto de retos como de oportunidades para este estudio”, explicó el secretario general de la Fundación.
La fase inicial finalizará en diciembre del 2025 y para ello parten de una absoluta amplitud de miras y libertad: “primero habrá una fase de investigación y diagnóstico y a partir de ahí se irán desarrollando determinados aspectos que pueden ir variando a medida que se analizan los resultados”. En este sentido, David González detalló que “éste proceso será de absoluto intercambio entre la ciudad, los representantes y técnicos de la ciudad de Melilla y los miembros de la Fundación Norman Foster y Norman Foster Institute con lo cual irán surgiendo oportunidades y se irá explorando a medida que avance el programa”.
El objetivo del alcance de esta primera investigación y desarrollo será la presentación de los resultados del trabajo, acompañado de una serie de propuestas y pautas de actuación donde las actuaciones pueden tener un mayor o menos impacto. “La implementación y el desarrollo posterior dependen de una gran variedad de factores que, en este momento no estamos en situación de determinar”, señaló David González.
El vicepresidente Primero, Miguel Marín, señaló que le había llegado esa posibilidad de colaborar con la Fundación Norman Foster y “sin duda aceptamos esta propuesta desde el minuto uno y nos pusimos a disposición de la entidad para iniciar los trámites necesario para establecer esa colaboración”, relató Marín quien incide en que “es sumamente importante porque ofrece notoriedad a la ciudad. El que un equipo de profesionales, de expertos de primer nivel mundial ofrezcan posibilidades, alternativas de desarrollo de distintos espacios de la ciudad para mejorar la calidad de vida de los melillenses y del propio desarrollo socioeconómico de la ciudad tiene un valor incalculable”, indicó Marín.
Compacta, caminable, con buenos barrios, alta densidad de población y, sobre todo, verde. Éstas son las características que tiene que tener la ciudad ideal a juicio de Norman Foster y trabajar para que las urbes del futuro reúnan estas cualidades.
El pasado año, la Fundación Norman Foster eligió tres ciudades para analizarlas; Bilbao, Atenas y San Marino.
Este 2025, la urbe española seleccionada ha sido Melilla. Sin lugar a dudas, una decisión que proyecta internacionalmente a la ciudad autónoma.
Es una buena noticia que dicha Fundación ha elegido a nuestra Ciudad.
Nos puede poner en muchos mapas y es toda una oportunidad.
Aunque aquí la Peña sólo quiere que vuelva “el negocio atípico “ y sólo concibe ese modus vivendi.
Cuando se cierran las puertas se abren las ventanas .Esto puede ser una gran ventana al Mundo y no solo a un mundo.
Sí claro, Melilla una ciudad de futuro si no fuese por quien la gobierna. Melilla necesita un gobierno competente, transparente y políticas al servicio de la ciudadanía, no de intereses privados.