La Consejería ha encargado el proyecto para su instalación en la planta incineradora y contempla la posibilidad de llevarlo a la planta depuradora de aguas residuales.
La Consejería de Medio Ambiente ha encargado el proyecto definitivo para la implantación de un sistema de biofiltros para eliminar los malos olores que se producen en la planta incineradora cuando ésta hace la parada técnica anual y las basuras se acumulan causando molestias a los vecinos de Monte María Cristina.
Según explicó a El Faro el responsable del área, José Ángel Pérez Calabuig, se realizó hace unas semanas un estudio previo, a cargo de una empresa de Valladolid, especializada en estos asuntos, y ahora se ha encargado el proyecto definitivo que incluya el coste aproximado de la instalación de estos biofiltros.
Pérez Calabuig explicó, además, que este sistema de biofiltros también quieren implantarlo en la planta depuradora de aguas residuales (EDAR), en concreto, en la tubería de entrada a las instalaciones. Recordó que, en la EDAR ya se está aplicando un tratamiento con carbono activo para eliminar los malos olores, pero que la opción de los biofiltros “es más económica y más duradera”.
Además, el consejero de Medio Ambiente quiso acallar las críticas recibidas por parte del responsable del partido ecologista Equo, Manuel Soria, quien criticó este sistema y le instó a consultar la información que existe sobre los biofiltros. “Me hace gracia que critique algo que se está utilizando en muchas ciudades y con buenos resultados”, afirmó Pérez Calabuig.
Así, explicó que estos biofiltros eliminan el 95% de los malos olores, además de ser más económico y duradero que el tratamiento del carbono activo.
El consejero dijo ser consciente de que en la planta incineradora se producen malos olores cuando la basura se acumula en una nave contigua, durante la parada técnica anual para la revisión de las instalaciones.
“A pesar de que la basura se compacta y se cubre con unos plásticos especiales, es normal que se produzcan malos olores”, dijo, y que este problema es el que causa molestias entre los vecinos. Por ello, desde la Consejería de Medio Ambiente se quiere llevar a cabo este proyecto para acabar con los malos olores que se desprenden de la planta incineradora.
Pérez Calabuig recordó que fue el mes pasado cuando se realizó la parada técnica de la incineradora y, para quemar las basuras acumuladas en los 21 días que dura esta paralización, se tardarán entre dos y tres meses, por lo que, es “lógico” que se produzcan malos olores.
Así pues, la redacción del proyecto definitivo ya está en marcha y una vez que se tenga la previsión económica para la implantación del sistema de biofiltros, “se evaluará la viabilidad económica que tiene” en los prespuestos de la Ciudad para el próximo año, refirió el consejero de Medio Ambiente.