El consejo de administración de la Autoridad Portuaria aprobó el miércoles por unanimidad todos los puntos del día, del cual el principal fue el proyecto de rehabilitación, renovación y reorganización de la dársena pesquera, que se desarrollará en ocho fases.
La primera fase se refiere a los pantalanes, una lámina de agua que actualmente está “desaprovechada”, según el presidente de la entidad, Manuel Ángel Quevedo, y que se ha organizado y adaptado a barcos recreativos de menos de 12 metros de eslora. Esta fase, con dos pantalanes flotantes y que ya está prácticamente concluida –a falta de los enganches de agua y electricidad y de los portalones-, permitirá conseguir más atraques y construir una plaza pública de 3.000 metros cuadrados. También se construirán cinco pequeños edificios y uno extra sin que impidan la visión de la avenida General Macías y se rehabilitará el restaurante La Pérgola.
La segunda fase, consistente en trasladar un pantalán al lado de La Pérgola a la zona sur ya está adjudicada y contratada a una empresa de buzos de Melilla.
La tercera fase, que fue aprobada el miércoles por el consejo de administración, tiene que ver con la concesión de la zona comercial, lo que incluye tres locales de 120 metros cuadrados cada uno, más un cuarto opcional de 160 metros cuadrados y la rehabilitación de La Pérgola.
De las dos ofertas presentadas, una UTE formada por empresas melillenses y otra de la compañía local JMJ Melitextil, salió ganadora esta última con una idea inicial de dos locales de textiles, una cafetería, un restaurante italiano o pizzería –en principio, aunque no es seguro ni obligatorio- y La Pérgola para dedicarla a restaurante y zona de eventos. Un apunte interesante que fue tenido en cuenta por el jurado es que se conservan las vías del antiguo tren del mineral y, en el caso de uno de los locales –en principio, el restaurante italiano-, pasan por debajo, por lo que se plantea un suelo de cristal a través del cual se podrán ver.
Las cubiertas de los locales, además, tendrán todas encima paneles solares para contribuir a la sostenibilidad. Se plantea que los edificios tengan una altura baja, no más allá de cuatro metros, y aparatos de aire acondicionado y ventilación en las cubiertas.
Aunque la distribución puede variar, existen unos porcentajes en el concurso, de modo que no todo puede ser restauración, ni todo tiendas, ni todo náutico-deportivo.
También habrá zonas con pérgolas y dos ampliaciones en la terraza de La Pérgola, que no se cubrirán con una cubierta plana y tradicional, sino que se harán ocho bóvedas de cañón siguiendo los arcos de medio punto de las fachadas. Se hará la zona del comedor y se reharán los aseos. El quiosco se mantendrá y se recuperarán las cristaleras. Para Quevedo, quedará “una imagen urbana muy característica en la dársena con las bóvedas translúcidas de policarbonato”.
Antes de que la concesión sea definitiva, la Autoridad Portuaria hará una exposición pública. Con todo, Quevedo ha dado un 95 por ciento de posibilidades de que en febrero sea un hecho y en dos años estén los edificios hechos. El coste anual que tendrá que abonar la adjudicataria a la Autoridad Portuaria por la concesión será de 97.000 euros.
Lo siguiente, ya prácticamente en licitación y con el proyecto terminado, es la demolición de dos pantalanes que se encuentran en ruinas y, a continuación, vendrá la construcción de un nuevo muelle.
La sexta fase consistirá en la reparación del muelle Virgen del Carmen, donde se están haciendo sondeos para llevar a cabo el proyecto para su estabilización.
La séptima fase tiene que ver con la concesión para la gestión y la explotación de la zona náutico-deportiva, en concreto dos locales y la zona de atraques, a una empresa privada, ya que las autoridades portuarias no suelen dedicarse a tener puertos con embarcaciones de pequeñas esloras y el de Melilla es un caso excepcional. Por lo tanto, al igual que se ha hecho con los tres locales, el cuarto nuevo y La Pérgola –que no tiene por qué llamarse así y podría cambiar de nombre-, se sacarán en concesión dos locales náutico-deportivos y toda la zona náutica deportiva.
Por último, se construirá esa plaza pública de 3.000 metros cuadrados.
Reforma integral
Tras encontrarse una zona “en un estado de abandono absoluto” y casi “en ruinas”, según Quevedo, en junio de 2023, después del acceso al poder del Partido Popular (PP) a la Ciudad Autónoma, la Autoridad Portuaria acomete esta actuación en la que obligan a que haya zonas sin edificaciones para no tapar la vista de la avenida General Macías, con bancos con palmeras y algún tipo de pérgola.
También se coloca una rampa para el acceso de las personas discapacitadas desde la dársena a La Pérgola, que está elevada, mientras que el resto de locales ya se ponen al nivel del suelo para que no haya barreras arquitectónicas. El restaurante, por otra parte, tiene que estar rehabilitado en un máximo de nueve meses, aunque Quevedo espera que sea antes.
Una nueva realidad
La inversión total, entre la rehabilitación de La Pérgola, hacer los tres locales de 128 metros cuadrados y el de 160 metros cuadrados y los espacios intermedios con pérgolas, que también tiene que hacer el concesionario, estará cercana al millón de euros. La empresa ganadora contará con 20 años de explotación ampliables a 30.
Camino ya de la cuarta fase, Quevedo, quien mostró una serie de diapositivas que muestran cómo quedará la zona, ha concluido que “cada vez nos vamos acercando más a que estas foto-presentaciones se conviertan en realidad”.