Nueva decepción La UD Melilla volvió a caer derrotada en partido oficial esta temporada Mejoría en el juego Los de Óscar Cano llevaron la iniciativa con un fútbol tan vistoso como ineficaz de cara a la portería extremeña. Se fallaron ocasiones claras.
No arranca bien el ambicioso proyecto del Melilla con Óscar Cano al frente del banquillo azulino. Los melillenses cosecharon en Cáceres su tercera derrota consecutiva en liga tras la eliminación copera ante el villanovense de esta semana. En el lado positivo, la buena imagen y el fútbol vistoso de los norteafricanos aunque en el lado negativo hay que destacar la falta de gol y la endeblez defensiva, pues el Cacereño sin grandes méritos se llevó una victoria que fue más producto de los errores melillenses que de las virtudes extremeñas.
El partido arrancó con un Melilla concentrado y con la vista puesta en la portería rival desde el inicio. En apenas diez minutos los de Óscar Cano dispusieron de cuatro ocasiones algunas de ellas muy claras, como el mano a mano de Edgar ante René que acabó en la red, pero por la parte de fuera. O el inocente remate de Chota tras un pase atrás que pudo haber significado el 0-1 pero que acabó traducido en el 1-0, pues en el saque de René el balón largo fue a la banda desde donde Santi Villa envió al corazón del área para que Mahanán y Povedano se comieran el amago de Álex y el balón le quedara franco a Israel, que sólo tuvo que acertar a batir a Dorronsoro por alto.
Son las grandes injusticias del fútbol, pues sólo tuvo premio el que menos había hecho hasta ese momento, aunque quedaban 80 minutos por delante para traducir la superioridad de los azulinos sobre su rival. Granada y Solabarrieta reaccionaron y siguieron distribuyendo balones a las alas donde Andrés Ramos y Edgar seguían sembrando el pánico en la defensa cacereña. Aunque las ocasiones no se traducían en el marcador, pues Chota en el 14 y Edgar en el 20 no fueron capaces de batir a René. Mediado el primer tiempo, el dominio empezó a repartirse algo más y el Cacereño dio muestras de no querer dejarse dominar y sí de tratar de demostrar a su rival que podía darle otro susto. Un centro chut de Santi Villa y un posible penalti por manos de Granada fueron las ocasiones locales antes del descanso.
Tras la salida de vestuarios, el Melilla acabaría de pagar el pato a su bisoñez defensiva. No se llevaba un minuto de reanudación cuando entre Álex y Mena pelearon por un rebote que los centrales azulinos no supieron despejar y que Mena aprovechó a bocajarro para acrecentar la ventaja extremeña con el remate para el 2-0 ante Dorronsoro. Ahora ya tocaba reaccionar de verdad a los de Óscar Cano, que aunque siguieron manteniendo la posesión y tocando con criterio en el centro del campo, les costaba más llegar al momento del último pase o de las ocasiones en el área. El técnico melillense dio entrada a Samuel por Granada buscando más gol y de desborde y dándole los galones de mando a Solabarrieta y a un más retrasado Cachorro. El zurdo mediapunta melillense pudo acortar distancias en el minuto 56 cuando botó una falta directa que fue a la escuadra, pero el balón besó de nuevo la red por la parte de fuera.
Los de Cano seguían tocando y buscando las bandas como fuente de asistencia para Chota y Samuel y en un buen centro de Raúl en el minuto 57, Chota impuso su estatura y su remate, pero el cabezazo lo atajó un bien colocado René. Los minutos pasaban y el Melilla comenzaba a desesperarse con la parsimonia local y las constantes interrupciones del juego, aunque no hubo juego brusco ni tampoco pérdida excesivas. Con el Melilla volcado en el área rival, el Cacereño trataba de sacar partido a su superioridad en los contragolpes y Mena lo intentó antes de ser cambiado, pero se encontró con Dorronsoro. En el minuto 75 pudo llegar el 3-0 en la mejor jugada del Cacereño, tras una contra que Curro condujo por el centro y en la que habilitó al ariete Álex para el 1 contra 1 ante Dorronsoro, pero el disparo del joven ariete cacereño se encontró con la pierna del meta vasco del Melilla. En los últimos minutos y ya con el apremio del tiempo, el Melilla lo intentaba con más corazón que cabeza, sabedor de que había dejado escapar otra oportunidad para sumar los 3 primeros puntos y las únicas ocasiones hasta el final las puso un Cacereño con más moral por el resultado que su rival, que no conseguiría más que certificar una nueva derrota que puede traer alguna pequeña consecuencia por aquello de la situación clasificatoria, aunque el juego y las virtudes técnicas sí que las mostró en el campo.