El trono del Cristo de la Paz es de los que hace enmudecer a su paso. A lo imponente de su estructura se suma una impresionante imagen de Jesús en el momento de la crucifixión. El conjunto resulta de una enorme sobriedad, sobre todo por unos adornos florales complementamente acordes al momento de recogimiento que este trono transmite cuando muestra el sentido mismo del cristianismo que es la cruz.º
La talla es de autor anónimo, aunque fue restaurada en 1992 por el artista David Antonio Gutiérrez. Una de sus curiosidades es que el palo de la cruz proviene de un poste de la luz rescatado por Gaselec y que fue adaptado por el entonces maestro carpintero del Ayuntamiento.
El trono, que data de 1982, es obra del escultor y tallista Pedro Pérez Hidalgo, quien lo elaboró inicialmente en 1955 para el Resucitado de Málaga. En sus laterales lleva medallones pintados por artistas melillenses después de haber sido restaurado por el dorador malagueño Alberto Berdugo.
Este magnífico trono sale cada Jueves Santo a las ocho y media de la tarde desde la Plaza Menéndez Pelayo, enfrente de su sede canónica, la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Desde rato antes la zona era un hervidero de personas ultimando preparativos o simplemente esperando a que quedara constituida la procesión con la salida del Cristo de la Paz, que es llevado a hombro por ciento diez hombres de trono; van dirigidos por el capaz Carmelo Martínez, así como el capataz de cola Juanje Mengual.
A este trono le acompaña un nutrido grupo de nazarenos, ataviados de rojo y capuchas blancas sin capirote, que acoge en el centro del acompañamiento una guardería con dos decenas de niños que se inician así en la Semana Santa melillense. Con ellos sale también una docena de chicas de mantilla.
Es una procesión austera. No participan ni autoridades ni miembros de otras cofradías; tampoco hay representación de las Fuerzas Armadas ni de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que sí se ven en otros cortejos. Detrás del trono, únicamente el director espiritual de la hermandad, el vicario episcopal Eduardo Resa con un acólito.
A lo largo de todo el recorrido, que es el más corto de toda la Semana Santa de la ciudad, suenan los acordes de la Banda de Música Ciudad de Melilla, dirigida por Sergio Rincón. Interpreta la banda magistralmente marchas semanosanteras como 'Pasa el Cristo de la Paz', 'Mater mea', 'Cristo de la Presentación', 'Cristo de los gitanos', 'A ti Manué', 'La saeta' 'Hosanna in Excelsis' o "Jesús preso", entre otras.
El Cristo de la Paz apenas si está algo más de dos horas en la calle. Comienza su andadura a las ocho y media desde Menéndez Pelayo por Ejército Español y gira por Cervantes para entrar a las nueve de la noche en punto en la Avenida Juan Carlos I, convertida en carrera oficial. A las nueve y media está justo en la tribuna, donde el padre Eduardo Resa realiza la oración antes de continuar su camino por la Avenida de Castelar y López Moreno para recogerse a las diez y cuarto de la noche.
Hizo, además, una buena temperatura, muy primaveral, durante toda la procesión, que era esperada por centenares de melillenses en las gradas y sillas que la Ciudad Autónoma ha instalado en la Avenida. La del Cristo de la Paz es el primero de los tronos que pasa por el centro neurálgico de Melilla en el Jueves Santo. Tras él entra Jesús Cautivo de Medinaceli, que se encarga de liberar al preso en la zona de tribuna, acompañado de María Santísima del Rocío.
Y cierra la noche de Jueves Santo Nuestro Padre Jesús de la Flagelación, de la Cofradía del mismo nombre, al que acompaña en su padecer la Virgen del Mayor Dolor.