Con motivo del 500 aniversario de Melilla, el artista local, Carlos Baeza, diseñó una moneda conmemorativa de 25 pesetas. Esta pieza ha incrementado su valor de forma notable, llegando a pagarse hasta 500 euros por ella.
El Faro ha hablado con este artista melillense sobre su diseño y también acerca de su carrera.
- La moneda de 25 pesetas que diseñó por el 500 aniversario de Melilla se está ofreciendo hasta por 500 euros en internet, ¿qué le parece?
- Cuando leí la noticia en El Faro me sorprendió. Me puse rápidamente a trastear en foros de numismática de internet, porque conservo bastantes ejemplares de la moneda por si se podía vender algunos.
No entiendo de este tema, pero supongo que esos 500 euros serán de ediciones especiales muy nuevas que los coleccionistas entenderán de ese valor. Me enorgullece como autor del diseño que se suscite de nuevo esa moneda conmemorativa del quinto centenario, del cual además, fui autor del diseño del logotipo. Este fue un trabajo muy redondo que abarcó también todo el merchandising.
- Siempre se habla en el mundo del arte de la revalorización de las obras, ¿piensa usted en ello?
- En cierto modo, a uno le enorgullece que se revalorice su trabajo. Ahora se van a cumplir 30 años del encargo de la moneda y todo el concurso que se organizó.
Dentro del ámbito artístico, el diseño era uno de los campos en los que yo trabajaba en aquella época, antes de dedicarme plenamente a la enseñanza, el dibujo y la pintura.
- ¿Podría hablarnos de esa moneda?, ¿Cómo se inspiró en hacer esa moneda?
- Después de 30 años, lo recuerdo vagamente. A colación del concurso del cual me hice acreedor del premio, el comisario de la exposición, León Urquijo, me llamó a su despacho porque tenía el interés en que colaborase en el diseño de la moneda. Recuerdo que presenté algunos bocetos y gustó mucho la propuesta.
Para quien no la conozca, la dificultad del diseño radicaba en que el espacio era pequeño y además tenía troquelado un círculo en el centro. Entonces incluir una imagen alusiva a Melilla era complicado.
Mi propuesta mostraba un anverso con la imagen del Palacio de la Asamblea, de manera que las dos torres quedaban a ambos lados de la orilla de la corona circular de la moneda, salvando ese troquel. La Fábrica de Moneda y Timbre revisó ese proceso y le pareció una propuesta muy acertada.
En cuanto al reverso, yo propuse la inclusión del logotipo del quinto centenario y la cifra de 500, haciendo coincidir el troquel con una cifra de las centenas, de manera que el 5 aparecía a un lado y al otro un 0. A la Comisión le gustó mucho la idea, pero hubo un problema en la Fábrica de Moneda a la hora de realizar los modelados del diseño, por lo que se incluyó un ánfora.
- Si le encargasen otra moneda conmemorativa, ¿qué motivo pondría?
- Me pillas en vacío. La verdad que hay todo un proceso y si me propusieras diseñar una moneda tendría que hacer miles de bocetos, quedarme con una línea de trabajo que habría que ir puliendo.
La de 25 pesetas no ha sido la única moneda que se ha hecho con alguna obra en la que he intervenido. Hace poco encontré una moneda de euros en plata en la que el motivo era la plaza Menéndez Pelayo y las columnas de las cuales fui el autor.
Si ahora tuviera que diseñar alguna necesitaría que me propusieran el motivo. Supongo que haría un homenaje al patrimonio modernista de la ciudad, que es en lo que está centrada mi producción. Seguramente aparecería alguna cúpula en el diseño.
Cuando diseñé la moneda me dejaron carta blanca, pero para llegar a un diseño definitivo hay todo un brainstorming hasta que uno va seleccionando los elementos que visualmente son potentes para el propósito del diseño.
- Hablando de su obra no podemos pasar por alto 'La ciudad de las cúpulas y las mezquitas'
- Esa propuesta la cuento en mi libro y surgió mucho antes del diseño de la moneda. Estoy hablando de mi época de estudiante de Bellas Artes de Madrid con mi amigo Enrique. Siendo ambos de Melilla, añorábamos la ciudad. Los dos hablábamos de la ciudad de las cúpulas por las cuatro o cinco cúpulas representativas de la ciudad que se convertían en un skyline mental en esa melancólica visión que teníamos.
Lo de "las mezquitas" es evidente. La Mezquita Central, obra de Enrique Nieto, es una imagen de mi infancia. De hecho, yo nací frente a la Mezquita y cada vez que salía al balcón de casa de pequeño escuchaba la llamada a la oración. Es una imagen que está grabada en mi memoria.
- Sus obras reflejan varios tipos de aire, desde melancólico hasta onírico, ¿cómo lo define usted?
- Como todos los artistas, he pasado por varias épocas. Mi primera época era muy onírica, simbólica e incluso erótica; después me fui depurando hasta centrarme más en lo que es la ciudad de Melilla y destacar su patrimonio de cara al foráneo.
Pictóricamente hablando, siempre me ha parecido una ciudad muy interesante. En mi línea de trabajo, siempre he intentado aportar ese carácter melancólico en cuanto a color, luz y postales antiguas. Siempre me ha gustado plantear una ciudad con un punto de vista melancólico, como la que recuerdas en tu infancia, un aire atemporal de ciudad ideal.
- ¿No considera que deberían acudir más artistas a Melilla?
- Todos los pintores se asocian con una ciudad, como el caso de Antonio López con Madrid. En mi caso, cuando elegí Melilla me dije, ¿por qué voy a elegir otra ciudad? ¿Por qué elegir ciudades bellas como Venecia o Nueva York cuando esa belleza ya me rodea aquí?
Melilla es la ciudad en la que me sentía más cómodo y la que más conocía, donde podía buscar ese lado fotogénico y que, desde mi punto de vista, está infravalorada. Estamos hablando de la Melilla que crece a principios del siglo XX sobre un páramo yermo bajo un concepto, no sólo modernista, sino moderno para la época. Ahora podemos valorar a Melilla como un exponente dentro del mundo modernista europeo y único en el caso africano.
- ¿Es fácil vivir del arte en Melilla?
- Es complicado, pero en mi caso lo tuve muy claro. Cuando terminé Bellas Artes me dediqué al diseño. No obstante tuve claro que el tipo de obra que yo desarrollo no está lo suficientemente valorado económicamente ni a nivel de crítica, pero es con el que me siento cómodo y nunca pensé en renunciar a él.
Entonces me dediqué a la enseñanza, que era mi otra vocación, la de transmitir mi experiencia a los alumnos. También elegí ser mi propio mecenas y nunca pensé en prostituir mi arte para sobrevivir.
Es muy difícil vivir del arte ahora mismo, salvo para dos o tres que tocan la tecla adecuada y se rodean del crítico adecuado. El tiempo dirá cuál de las dos opciones es más válida.
- ¿En qué proyecto se encuentra ahora?
- Tengo muchos proyectos y, sin desvelar alguno por si se gafa, hay algunos muy interesantes y quizás en unos meses se puedan hacer realidad. A nivel pictórico, tengo un cuadro de grandes dimensiones que quiero hacer, quizás el más grande que he hecho en mi vida.
Después, como proyecto a nivel plástico me gustaría hacer una exposición retrospectiva de toda mi obra. Hay que tener en cuenta que en Melilla sólo he expuesto una vez, en 1983. Quiero esperar a tener una producción más sólida, pero me ilusiona mucho.
Además, quiero sacar un nuevo libro, un 'La ciudad de las cúpulas y las mezquitas' "segunda parte", en el que aportaría unas 100 obras nuevas. Tras la edición del primer libro he realizado más de 40 obras, por lo que calculo que en un par de años pueda hacer un nuevo libro.
En cuanto a los proyectos diarios, sigo en mis dibujos y los encargos que me hacen. También publicar mis obras en redes, que me gusta exponerlo y someterlo a la crítica y disfrute del público.
Reconozco y valoro en Carlos no solo el hallazgo de su propia independencia emocional, pero presiento que el tiempo ,aun no le ha dicho esa ultima palabra, que suele decir a todos aquellos que el considera capacitados para escucharla. Pues no hablando por el, advierte de una nebulosa llamada mente, que acopiando pero sin retener, configura un final extraño, donde la visión desaparece, para dar paso, no al deterioro de una razón, pero si a la razón de un deterioro. Y es cuando los ojos miran, todo aquello que no ven. Pero la mente impone Aprecio no a Carlos, sino a todo aquello que le configura. Debido a eso, me parece que una Amistad mas serena con Picasso, le ayudaría en su andadura. Melilla es un enclave mas de un lugar geográfico, que convirtió en control , el aliento de dos continentes. Y le surgieron cúpulas, de sus propias copulaciones.
Mi más cordial enhorabuena