Este jueves se ha inaugurado el centro cultural-mezquita Al Walidain, en la avenida Donantes de Sangre, próxima al campo de fútbol de La espiguera. Tanto los responsables religiosos del templo como el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, han hecho hincapié en que se trata de un lugar de paz.
Como “un templo de paz” lo ha calificado Imbroda, quien se ha acordado de su madre en sus primeras palabras del discurso y ha recalcado que “no hay un centro religioso donde esté dios o no haya paz”.
Así, lo “hermoso” de la ciudad, en opinión de su presidente, es que, en una misma tarde, podía estar primero en esta mezquita y más tarde con el Cautivo, con dos religiones y rezándole a dios, y “todo es Melilla”. Esta “lección de paz”, ha añadido, es algo que “tiene que hacer mejores a los melillenses”.
Además, Imbroda ha apuntado que no hay otro camino que este para Melilla, uno donde haya solidaridad y respeto. De esa forma, ha dicho, el futuro es “enorme”, sobre todo para los jóvenes.
Para concluir, el jefe del Ejecutivo autonómico ha declarado que está “encantado” de decir que es de Melilla allá donde va y de “que nunca haya un problema por motivos religiosos”. “Independientemente de la diferencia que cada cual pueda tener por motivos económicos, sociales o políticos, tenemos muy claro que somos un único pueblo: los melillenses”, ha manifestado, antes de añadir que, independientemente de la confesión de cada cual, todos rezan “a un dios de paz” y, siempre que eso sucede, se está rezando por Melilla.
Eso es algo que ocurre en la ciudad autónoma y que, además, tal como ha remarcado Imbroda, se hace con “naturalidad, empatía y cariño”, lo cual supone una “lección” que hay que extraer.
"Enhorabuena", ha rematado el presidente.