La Dirección Provincial del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes (MEFPyD) de Melilla está diseñando un plan de acción para promover la sostenibilidad ambiental en todos los centros educativos de la ciudad.
Tal y como ha explicado el Director Provincial de Educación, Juan Ángel Berbel, el objetivo es cumplir con el artículo 110 de la Lomloe, sobre accesibilidad, sostenibilidad y relaciones con el entorno, donde se establece que se debe “promover una cultura de la sostenibilidad ambiental y de la cooperación social para proteger nuestra biodiversidad”, la Dirección Provincial está organizando un programa de trabajo que incluirá, además de los centros educativos, las distintas entidades sociales locales con fines de protección medioambiental y a representantes de la Administración local, sobre todo de las áreas de educación y medio ambiente.
“El objetivo de este plan de acción es crear una red de centros para promover la sostenibilidad, su relación con el medio natural y su adaptación a las consecuencias derivadas del cambio climático y darle un carácter de continuidad con el apoyo de la Administración educativa central”, ha señalado.
Asimismo, según el preámbulo de la Lomloe, se reconoce la importancia de atender al desarrollo sostenible de acuerdo con lo establecido en la Agenda 2030, señalando que “la educación para el desarrollo sostenible y la ciudadanía mundial ha de incardinarse en los planes y programas educativos de la totalidad de la enseñanza obligatoria”.
La Dirección Provincial ya ha mantenido los primeros contactos con algunas de las entidades que participarán en este plan de trabajo. Comenzará con una formación dirigida a los docentes que se celebrará durante la primera quincena de mayo y que será impartida por técnicos de Madrid, del Área de Sostenibilidad de la Subdirección General de Cooperación Territorial, con la colaboración de docentes de los centros donde ya se están desarrollando proyectos de este tipo.
En cuanto a las actuaciones que se pretende acometer con este plan, son diversas y de distinta naturaleza, entre las que se pueden encontrar la instalación de paneles solares, la modificación o adaptación de medidas arquitectónicas, la climatización de aulas con medidas que favorezcan la ventilación natural cruzada, la renaturalización de espacios escolares, como son las zonas de recreo que mitiguen los efectos del cambio climático, medidas de ahorro energético y uso responsable del agua, sistemas de recogida de residuos y reciclaje.
También impulsar la creación de huertos escolares en aquellos centros que aún no cuentan con este importante recurso, así como la incorporación de hábitos entre el alumnado relacionados con la transición ecológica, “imprescindibles para abordar la emergencia climática, de modo que el alumnado conozca qué consecuencias tienen nuestras acciones diarias en el planeta y generar, por consiguiente, empatía hacia su entorno natural y social”, ha señalado.