El Faro ha hablado con Roberto Vargas, hermano mayor de la Venerable Cofradía y Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor sobre los cultos en honor a María Santísima de Esperanza que se han realizado durante esta semana pasada en la Iglesia del Sagrado Corazón. Vargas ha destacado que el triduo a la Virgen fue una celebración "muy bonita" y solemne".
Los actos se iniciaron el 15 de diciembre cuando se montó el altar de culto en este templo santo y se alargaron hasta el día 18, festividad de la Esperanza de María. Según destacó Vargas, fue una ocasión perfecta "para tener más cercanía con la Virgen y tenerla lo más cerca posible de sus fieles". El vicario episcopal, Eduardo Resa, presidió la Eucaristía durante el desarrollo de este triduo.
Sin duda, uno de los momentos más emotivos y esperados por todos los fieles se produjo durante el 18 de diciembre cuando se celebra el día de la Expectación del parto de María. Una jornada en la que se llevó a cabo la Solemne Función en honor a María Santísima de Gracia y Esperanza. Acto al que acudieron todos los hermanos mayores de las distintas Cofradías y Hermandades de Gloria de Melilla además del coronel del Tercio, que es hermano mayor honorífico de la Flagelación. Asimismo, también asistió el senador por Melilla del Partido Popular (PP) Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu.
Además, la Virgen estuvo expuesta en un devoto besamanos que duró más de 12 horas y que logró congregar a cientos de melillenses. "Fue un incesante goteo de gente acercándose y pidiendo a la Virgen", destacó el hermano mayor de la Cofradía.
La festividad de la Esperanza se estableció litúrgicamente en el Concilio X de Toledo (656) aunque poco a poco, según explicó Vargas, se fue silenciando por la iglesia de puertas para afuera, pero en su seno sí que se ha celebrado siempre. "Como decía Eduardo Resa en todas las homilías de este triduo, el oh de la Virgen siempre admirativo y exclamativo expectante al nacimiento del niño Dios", añadió.