El espíritu de la Navidad no queda absorbido por los aspectos exteriores adornos, dulces típicos, alumbrados, regalos, luces o cenas sino que todo ello nos lleva al misterio de Dios hecho hombre. El Faro de Melilla entrevista a Jaime Nubiola, profesor universitario y autor de muchos libros.
-La Navidad está a las puertas y todos deseamos la paz como don en un mundo donde hay escenarios de conflicto.
-Los habitantes que viven en este mundo tienen distintas religiones: musulmanes, budistas, hinduistas, sintoistas, judíos pero la tradición cultural dominante en Occidente es la cristiana. Hace 2024 años nació un niño en un establo en Belén, cerca de Jerusalén, que era la segunda persona de la Trinidad. Dios se encarnó en un niño y su nacimiento dividió la historia de la humanidad en dos, con su venida al mundo comenzó la era cristiana. El niño que nació en el portal de Belén vivió treinta tres años en Israel, fue condenado a muerte, murió en una cruz y resucitó al tercer día de ser enterrado. El 25 de diciembre de año 1 nació Jesús.
-¿Cómo vivir bien la Navidad?
-Estando cerca de Dios. La Navidad es una fiesta que da ocasión para quererse unos a otros. Como dijeron los ángeles cuando Jesús nació: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, buena voluntad para con los hombres”. La buena voluntad es la atención al otro y la renovación de corazón para aceptar la voluntad de Dios. El día de Navidad es el día del Amor, de querernos más y mejor los unos a los otros.
La Iglesia nos prepara para vivir bien la Navidad durante el Adviento. Son cuatro semanas de preparación, es la espera ante la llegada del niño. Los pequeños de la casa escriben la carta a los Reyes Magos… todos atesoramos bonitos recuerdos de nuestra infancia de estas fechas tan entrañables.
-Vivir en soledad se hace más difícil en Navidad.
-El ser humano es familiar. Yo tengo el recuerdo de unas cuarenta personas (la familia de mi madre) el día después de navidad, San Esteban, que en Cataluña se celebra mucho. Ver tanta familia unida es fuente de alegría. Para el niño que era entonces, eso era la Navidad… reunión, familia, alegría y encuentro. En Navidad no debemos estar solos, hemos de cuidarnos los unos a los otros. Este año estoy preparando con mi hermano la comida de Navidad que haremos con una hermana inválida que vive sola.
-En Navidad todos queremos ser un poco más buenos...
-Me viene a la mente la novela corta de Charles Dickens Cuento de Navidad que cuenta la historia de un hombre avaro llamado Ebenezer Scrooge que vivía en un mundo aparte, y todo le desagradaba, también la Navidad. Su rutina era caminar por las calles sin saludar a nadie, y el día de Nochebuena estaba siguiendo su rutina como un día más e incluso exige a su escribiente que trabaje hasta tarde. No quiere saber nada de nadie pero tras recibir en Nochebuena la visita de unos fantasmas un cambio se producirá en él. Su corazón frío triste y solitario se convierte en cálido y afectuoso y deseará celebrar las fiestas navideñas junto a los otros.
-En Navidad nos reunimos en familia...
-En las reuniones familiares hay que ser hábiles y no tocar temas que sean susceptibles de polémica, como la política. Es bueno saber respetar las diferencias que encontramos en los demás. Hay que tener tacto y habilidad al tratar con nuestros familiares, especialmente ese día que todos buscamos la armonía. Estar contentos, alegres y sonreír es una receta que nunca falla. En las familias donde haya violencia doméstica debe ser un momento de paz, de pedir perdón y la ayuda del cielo para volver a empezar.
-Hay personas que se estresan solo con oír la palabra Navidad.
-Muchas personas se agobian porque son perfeccionistas y tienen mucho que preparar y comprar y están impacientes porque todo salga bien. Los eventos familiares o la necesidad de cumplir con expectativas y de compaginar muchas demandas son fuente de estrés para las personas. No sería conveniente dejarse llevar por el agobio, en cambio de estar tranquilos, serenos y afectuosos.
-A veces en Navidad perdemos el norte...
-Jesús es un regalo para nosotros. Dios se hace un niño para cuidarnos a nosotros. Dios se encarna en un niño que es pura ternura y ensancha nuestros corazones. Lo importante no es gastar mucho o comprar lo más caro sino el cariño que ponemos en el trato. Es importante el cuidar las atenciones que tenemos con los demás. Solo tenemos el tiempo presente, el pasado ya pasó y el futuro está por llegar. Debemos llenar ese presente de paz, de sonrisas.
-¿Cuál sería el significado de los regalos en Navidad?
-Para mí los regalos son trastos pero hay muchas personas para las que el lenguaje del amor es el regalo. Está claro que para hacer un buen regalo hay que pensar en la persona que se lo vamos a hacer, no es cuestión de dinero sino de cariño. Un post-it donde se lee “Te quiero” puede llegar más directo al corazón que un reloj que cueste diez mil euros. Además, las personas se están acostumbrando a comprar por internet, hacen su pedido y el objeto pagado les llega el día siguiente. Con más motivo, hoy día, el regalo ha de ser una manifestación de cariño.
-Usted escribió que, realmente, las cosas que más nos importan no es que sean caras, es que no están a la venta.
-La Navidad nos enseña no que el tiempo es oro sino que que es cariño, amor, ternura, afecto por los demás. Dios es eterno, es el único Señor del tiempo y compartimos con los demás el tiempo que Él nos regala, el tiempo en Navidad crece y nosotros crecemos con ello. La gozosa enseñanza de Dios hecho niño nos revela que el tiempo no es un recurso escaso sino que se expande al compartirlo. Acoger a otros nos hace más humanos. Si alguien vive en soledad y estas fechas le ponen melancólico hay que salir a buscar a otros. Nadie debe estar solo por lo que debemos estar atentos si a nuestro alrededor alguien padeciera la soledad para aliviarla en un día tan bonito como el de Navidad.
Si alguien siente necesidad de llorar porque echa de menos a un familiar que los haga, llorar es muy bueno. Y si son personas de fe han de consolarse con que encontraran a sus seres en la vida futura.
-Usted escribe mucho y piensa mucho, nos diga una idea bonita sobre la Navidad que le venga a la mente...
-Se cumplen 800 años del día que San Francisco de Asís hizo el primer Belén. El primero de la historia del cristianismo. El Belén es un elemento potente de la religiosidad popular que ayuda mucho a captar el sentido de la navidad. Hoy día se pone en lugares de trabajo, hogares, escapares, hospitales, en las plazas.
De haber nacido este año, ese niño estaría sufriendo los bombardeos israelíes. Eso de la "paz" que vaya a contarlo este señor a Belén, a ver qué tal.