Circula por Melilla una noticias que, de principio, no deja muy bien parada a la actual delegada del Gobierno, Sabrina Moh, en sus relaciones con los colaboradores más inmediatos que tiene y que forman parte de su Gabinete en la Delegación. Nuestras fuentes señalan que uno de ellos, un joven melillense e interesante promesa en la gestión pública, fue llamado por el Ministerio del Interior para que entrara a formar parque del equipo de su titular, Fernando Grande-Marlaka. Es decir, resulta evidente que este joven ha llamado la atención a niveles muy interesantes en Madrid.
Todo hace indicar que el chico en cuestión no quiso tomar una decisión antes de hablar con su jefa, la delegada. Ésta, según se cuenta, le dio todos sus parabienes al colaborador para que continuara su carrera en Madrid deseándole, además, toda clase de éxitos en su devenir dentro del Gabinete del ministro Maslaska.
La idea de este joven era disfrutar ahora de los días de vacaciones que le quedaban y después volver a la Delegación, recoger sus cosas y marcharse a Madrid. Pues no, no ha podido ser así. Horas después de expresarle sus buenos deseos, de alegrarse por lo que no deja de ser un ascenso en su carrera, Sabrina Moh optó por publicar el cese de quien, además, se le consideraba un “amigo cercano”.
Nadie daba crédito a la decisión de la delegada. Nadie comprendía el porqué de esa actitud cuando apenas le quedaban unos días para estar de vacaciones y luego irse al Ministerio. Y a partir de ahí se abren varias hipótesis.
Una de ellas apunta a que Sabrina Moh anda un poco mosca porque el Gobierno aún no la ha ratificado en el cargo que viene ostentando en Melilla desde la moción de censura de 2018. En Ceuta, sin embargo, el Consejo de Ministros sí ha nombrado a una nueva representante, que viene a sustituir a Rafael García que, curiosamente, permanecerá en la Delegación pero como jefe de Gabinete.
En principio nadie duda de que Sabrina Moh vaya a seguir al frente de la Delegación. Su gestión ha sido bastante discreta y ha seguido al dedillo las órdenes centrales incluso en el tema del nuevo sistema de bonificación de la Seguridad Social, aún cuando ello le ha valido enfrentarse a todas las organizaciones patronales de la ciudad, además de la práctica totalidad de los partidos políticos, a excepción, lógicamente, del suyo propio.
Ha sabido tragarse como nadie el sapo del cachondeo marroquí sobre la reapertura de la aduana haciendo el paripé de unos ensayos absurdos, ha pasado de puntillas y medio lavándose las manos por los nueve meses de huelga que llevan ya los médicos y su único papel en estos años ha sido cantar las alabanzas de un Gobierno que nos habla de un Plan Integral que ni presupuesta ni tiene el más mínimo viso de salir adelante, que está inaugurando el nuevo hospital desde hace meses y que retrasa una y otra vez, sin rubor alguno, la puesta en marcha de la frontera inteligente.