El diputado de Somos Melilla, Amin Azmani, ha afirmado este jueves, durante el pleno de control, que la solución para atraer más estudiantes universitarios a Melilla no es apostar por el antiguo edificio de Correos en exclusiva -lo cual, en su opinión, es “un parche”-, sino construir un nuevo campus que, además, ha dicho que se podría hacer en los cuarteles del Real mezclando fondos europeos, estatales y locales.
Para Azmani, Melilla debe aprovecharse de la pujanza de la Universidad de Granada (UGR) para convertirse en una ciudad universitaria al estilo de Salamanca, Las Palmas o Granada hasta conseguir que 7.000 estudiantes –desde los algo más de 2.000 que hay ahora- se instalen cada año en la ciudad.
Una forma de lograrlo, según el presidente de Somos Melilla, es aumentando el número de titulaciones de la UGR con el fin de atraer población, al mismo tiempo que “talento”, para luchar, además, con la marcha de habitantes de Melilla fuera de la ciudad.
En su exposición, el diputado ha recordado que precisamente conseguir un mayor número de titulaciones era una de las 75 medidas del programa electoral del Partido Popular (PP) y que el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, lleva repitiendo desde 2009 la idea del nuevo campus e insistiendo desde 2018 en alcanzar los 5.000 estudiantes.
Para el consejero de Hacienda, Daniel Conesa, la Ciudad está avanzando en materia universitaria, “uno de los pilares en los últimos años y en los próximos”, tanto por lo que se refiere a la UGR como a la UNED.
Según Conesa, tradicionalmente la relación del Gobierno del PP con la universidad ha sido “una experiencia de éxito” con el aumento de estudiantes y ha recordado que se está en trámites de una nueva residencia para la cual necesitan la implicación del Gobierno central.
El dirigente popular ha coincidido con Azmani en que el objetivo es aumentar la población universitaria y ha cifrado en 5.000 personas el número de estudiantes que se quiere lograr a final de la legislatura. Además, no se ha negado a la ampliación de titulaciones, como demuestra la intención de traer el Grado de Medicina coincidiendo con la apertura del Hospital Universitario.
En realidad, Conesa ha estado de acuerdo con el líder de Somos Melilla en la necesidad de llevar la universidad fuera del campus, pero, aunque no ha descartado adquirir nuevos terrenos para un nuevo campus, ha dicho que no hay que “despreciar” lo que ya existe y ahí es donde entran tanto el antiguo edificio de Correos como los locales que la Ciudad posee en la Estación Marítima, que, además, pueden contribuir a “diversificar la economía”.
Son palabras estas que le resultan “difíciles de creer” a Azmani después de las promesas que, ha recordado, hizo en 2015 el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, acerca de que el edificio de Correos estaría inaugurado en 2019. Pese a todo, el diputado ha insistido –“imaginen 7.000 estudiantes en Melilla”– y ha pedido conformar un comité de desarrollo universitario entre la Ciudad Autónoma, la Delegación del Gobierno, la UNED y la UGR. Por último, y para ayudar a este objetivo, ha sugerido que se construyan dos residencias universitarias, es decir, una más aparte de la que la Ciudad tiene proyectada en la Explanada de San Lorenzo.
En su respuesta, y como conclusión, Conesa ha aceptado que es necesaria la inclusión de nuevas titulaciones, varias ya solicitadas, y ha defendido la utilidad del campus del antiguo edificio de Correos como algo “importantísimo” en lo que todos menos Azmani están de acuerdo.
Limpieza
La otra interpelación que ha realizado el diputado de Somos Melilla en el pleno de ayer versó sobre limpieza.
Después de haber repetido varias veces la percepción de Melilla como “una ciudad muy sucia”, con algunas zonas –especialmente en la perifera– “asquerosas” –lo cual se comenta en las redes sociales, ha apuntado–, Azmani ha criticado las condiciones “tercermudistas” de los trabajadores de la empresa de limpieza, algunos de ellos trabajando poco más de 10 horas a la semana –y, de 420 trabajadores, sólo 290 a jornada completa– y cobrando alrededor de 500 euros al mes. Además, ha recordado que, estando en la oposición, el actual presidente de la Autoridad Portuaria y ex consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, Manuel Ángel Quevedo, solicitó un aumento salarial del 15,5 por ciento del que nunca más se ha vuelto a saber.
Se trata de un contrato –prorrogado–, el de la empresa de limpieza, por cierto, que termina en junio de 2024 y con el que áun no se sabe lo que va a pasar.
La escasez de personal –un trabajador para 5.000 personas en el barrio de Reina Regente, tres en la Cañada de Hidum o un barrendero para Melilla la Vieja– y de camiones también han figurado en el discurso de un Azmani que, por criticar, habló hasta de la falta de papeleras.
Todo ello, ha dicho, está creando un “malestar” en la población, que, según él, considera que la Ciudad no está cumpliendo con su obligación de mantener la Ciudad en condiciones.
La respuesta del consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, José Ronda, ha sido que, para comenzar, hay que concienciar a la ciudadanía para que no ensucie más de lo necesario, porque, según ha dicho, hay zonas que se limpian y que, al día siguiente, vuelven a estar sucias.
Ronda ha sacado pecho por haber conseguido reducir el tiempo de la recogida de enseres a 48 horas.
Sobre el nuevo contrato de limpieza, el consejero ha informado de que se encuentra en fase de licitación y ha asegurado que, llegado ese momento, se mejorarán las condiciones de los trabajadores.
En su turno, Azmani ha vuelto a criticar que el PP no haya sido capaz de solucionar este problema en 20 años de Gobierno pese a que en 2018 dijeron que se trataba del “mejor contrato de la historia”.
También ha reprochado al Gobierno local que no se haya dignado a contestar ninguna de las tres cartas que el comité de empresa le ha enviado pidiendo ayuda y ha opinado que “no hay una ciudad tan sucia” como Melilla. Azmani se ha preguntado por qué antes todo era “culpa” del entonces consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Hassan Mohatar, y ahora la Ciudad Autónoma achaca la suciedad de Melilla al “incivismo” de sus habitantes.
Para acabar con la suciedad y lograr una ciudad más pulcra, el líder de Somos Melilla cree que no basta con esas limpiezas de choque que el Gobierno local cree la “panacea” pese a que muchas veces se realizan sin detergente. A continuación, ha recriminado el presupuesto empleado en contenedores, en algunos de los cuales, según él, se ha pagado un sobrecoste de 600 euros desde los 1.200 de precio.
Por todo ello, Azmani ha concluido pidiendo que se estudie, como se está haciendo en Ceuta –y ya que se tiene esa “referencia”–, la municipalización del servivio de limpieza.
En su turno, el vicepresidente primero del Ejecutivo local, Miguel Marín, ha tomado la palabra para negar que no se utilizara detergente en las limpiezas de choque y ha insistido en el recorte de los plazos para la recogida de enseres y en la adquisición de esos tres pequeños camiones volquete, así como en el desarrollo de la línea verde, como muestra del compromiso de la Ciucad Autónoma con la conservación del medio ambiente.
Por último Marín ha asegurado que cuentan con la opinión de los trabajadores para cuando se firme el nuevo contrato de limpieza.