Emilio Guerra, diputado local de CpM, está convencido de que su partido es una formación política "incómoda" en Melilla, principalmente, argumentó, para quienes "heredaron una mochila del pasado que califico como rancioafricanismo". Se remonta el cepemista a cien años atrás para hacer referencia en ese sentido al Desastre de Annual y cómo quedó en el imaginario popular melillense para poder utilizar el "miedo al moro" como un arma política en la ciudad. Durante la entrevista, además, Guerra dijo sentirse diputado "por imperativo legal", después de afirmar que la Ciudad Autónoma tiene una Asamblea "legal pero no legítima" como consecuencia de la alta abstención en las últimas elecciones, Además, habla del partido y considera que necesita "un nuevo paradigma" y una reorganización.
-¿Cuesta asumir estar de nuevo en la oposición después de haber gobernado cuatro años?
-Es como todo, cuestión de acostumbrarse. Para mí, y desde mi perspectiva personal, es toda una experiencia. No he estado nunca en el Gobierno. Para mí es toda una experiencia política la que iniciamos desde la perspectiva de la oposición y lo hago con mucha ilusión y con muchas ganas de trabajar y de aportar mi granito de arena.
-¿Cuál es la línea maestra de CpM a la hora de hacer oposición?
-Desde la perspectiva del grupo parlamentario lo afrontamos con mucha serenidad con la idea de hacer una política desde la perspectiva, digamos, positiva, con ganas de dar una imagen de seriedad y coherencia. Es decir, vamos a poner todo nuestro empeño desde el grupo parlamentario por hacer las cosas bien, por transmitir esa imagen. Creo que es importante que lo hagamos, creo que es importante que demos esa sensación de coherencia y sobre todo enfocando el trabajo desde la perspectiva de lo positivo. Queremos aportar, queremos trabajar en todos aquellos proyectos que sean de ciudad y queremos estar haciendo un trabajo en consonancia con la posición en la que nos han colocado los electores, es decir, en este caso, en la oposición.
-¿Cuáles son los temas que consideran prioritarios para esta legislatura?
-Melilla necesita de políticas y de pactos progresistas. Creo que lo necesita para combatir la enorme brecha social que existe en estos momentos entre pobres y ricos en la ciudad, para acabar con las diferencias de renta entre unos barrios y otros, que es abismal. Yo creo que estamos fomentando guetos mientras, por otro lado, se nos llena un poco la boca presumiendo de tener una sociedad modélica que sabe convivir. Y sí, eso es cierto, pero la coexistencia está ganando batallas a la convivencia. Y yo creo que es porque tenemos poco empeño en el escenario intercultural como proyecto social de futuro.
¿Lo explica?
Sí, hablo de esa Melilla que apela a la paz social, en el discurso político, pues queda muy correcta. Queda muy correcta y es muy estética, pero se utiliza más, se está utilizando más como reproche y como elemento intimidatorio que como una voluntad clara y decidida de ir a por ella, de mantenerla. Yo creo que en este caso hay mucha hipocresía en esos discursos.
-Seguimos con los temas prioritarios para ustedes.
-Melilla tiene importantes retos. Me preocupa mucho la situación económica y política de la ciudad, nos preocupa mucho en CpM. Los problemas de siempre pues están enquistados, llevan años enquistados. Y a mí me ha llevado a la conclusión de que nada es casualidad. Yo creo que la decadencia económica de Melilla forma parte un poco de una estrategia preestablecida.
Es una opinión personal. Somos la comunidad menos querida de España. Es decir, importamos nada o muy poco a la opinión pública española. ¿Y sabe lo que significa eso? Pues que los que toman las grandes decisiones, que están en Madrid, no sienten ninguna presión para tratar de solucionar los problemas. Y por ende, las franquicias, como yo digo, de los partidos nacionales, aun cuando tengan toda la voluntad del mundo de querer hacerlo y repararlo, siempre van a estar sometidas a los dictados y a las órdenes de sus jefes en Madrid. Por eso, estamos como estamos después de 48 años de democracia. Y por eso necesitamos más que nunca la visión de un partido localista, de un partido progresista, un partido que tenga arraigo en esta tierra, como puede ser CpM. Y para colmo, el Gobierno local del Partido Popular ha llegado como un elefante a una cacharrería y se va a cargar los dos planes de desarrollo económico que eran vitales, el plan estratégico de la ciudad autónoma y el plan integral del Estado. Yo creo que es un dislate que vamos a pagar caros todos.
-¿Qué cree que puede esperar la ciudad del nuevo Gobierno?
-La ciudad tiene que esperar todo, del nuevo Gobierno local y del que tengamos en el país porque Melilla ya necesita de un gobierno en Madrid, un Gobierno fuerte, que esté cohesionado y hay que empezar por ahí. Y se necesita un Gobierno en Madrid que tenga clara cuál es su política exterior y que las llamadas “políticas prioritarias del Estado” no perjudiquen siempre a nuestra ciudad. Necesitamos políticas progresistas, que estén enfocadas a la inversión y a una eficaz redistribución de la riqueza, y aquí el objetivo tiene que ser reducir la pobreza, reducir el paro y la desigualdad existentes entre los barrios. Esto es algo a los dos gobiernos. Nuestro Gobierno está muy supeditado a las políticas nacionales también. Por eso creo que Melilla necesita la ejecución de los planes de desarrollo económico, que ya están elaborados por la Ciudad Autónoma y por el Estado, que están hechos por profesionales, técnicos independientes y no sustituir esos dos grandes proyectos con programas digamos neoliberales de un partido donde la solidaridad pues se entiende de una manera diferente o tiene un papel más secundario.
-¿Su receta entonces?
-Creo que tenemos la imperiosa necesidad de aprovechar todo lo que nos pueda venir de Madrid y de establecer aquí políticas en consonancia a esos proyectos. De ahí reitero que es necesario que se pongan en marcha esos dos planes de desarrollo económico para la ciudad y tratar de cohesionarlos. Por eso yo el otro día en el Pleno solicitaba la puesta en marcha de esa comisión de seguimiento del Plan Estratégico de Melilla y que se coordinara con la oficina que se va a crear en la ciudad para también implementar el Plan Integral de Desarrollo del Estado.
-¿Qué resumen se puede hacer de lo que han sido estos primeros meses de Gobierno?
-Han sido los primeros meses lógicos y normales de cuando llega un gobierno nuevo. Se traen nuevas ideas, se trata de adaptar sobre todo la organización interna y la estructura del Gobierno de una manera afín a su forma de ver la política y de su proyecto político. En este impasse nos estamos viendo. En el momento que esté todo ajustado, preajustado, todas las consejerías en su sitio, las competencias que cada una sostiene vemos que ha habido cambios importantes con respecto al Gobierno anterior, y eso es lógico, porque cada gobierno trae su planificación propia, pues iremos viendo cómo van funcionando las diferentes áreas. Yo espero que el Gobierno local ponga en marcha muchas de esas premisas que llevan en su programa electoral, que sean una realidad y en todo aquello que signifique progreso, avanzar y trabajar por la ciudad nos van a tener a su lado porque nosotros estamos por esa labor. Creo que en todas mis manifestaciones a lo largo de estos meses he ido en consonancia con esa perspectiva: ofrecernos a trabajar por la ciudad y tratar de colaborar al máximo porque creo que Melilla lo necesita, porque Melilla está en una situación compleja y muy difícil y pues en estos momentos necesita el hombro de todos.
-Usted fue durante años el líder de UPyD en Melilla. ¿Qué similitud tuvo ese partido con CPM?
Unión, Progreso y Democracia era un partido de centro izquierda, progresista, que apostaba por la justicia social, por la lucha contra la desigualdad, por el liberalismo político, claro y convincente. Yo creo que tiene muchas similitudes, con la excepción de que obviamente Coalición por Melilla es un partido más arraigado a esta tierra, que tiene sus raíces en esta ciudad y entonces enfoca sus políticas desde la perspectiva localista. Y el localismo significa eso: cercanía, significa una visión mucho más personal y directa de los problemas de la ciudad y significa fundamentalmente que los melillenses, los propios ciudadanos, tomen sus decisiones aquí y no se vean supeditados a las decisiones de Madrid, que en algunos casos tienen toda la buena voluntad del mundo pero les falta el suficiente conocimiento como para que esas políticas sean efectivas. Por eso el localismo reclama en algunos casos muchas más competencias, reclama una participación mucho más directa en la política, porque los partidos nacionales no pueden darnos esas características. Aun cuando tengan toda la voluntad del mundo sus dirigentes de la ciudad de hacerlo bien y de aportar esas soluciones, siempre van a estar sujetos a las decisiones de Madrid y las políticas nacionales. Las políticas de Estado muchas veces no tienen nada que ver con nuestro interés.
-Después de las elecciones, Mustafa Aberchán anunció su intención de echarse a un lado y convocar un nuevo congreso para elegir a una nueva dirección en el partido. ¿Usted cree que fue una decisión aceptada? ¿Y se ve usted liderando al partido?
-Qué buena pregunta. Yo no soy quien maneja los tiempos del partido. Lo que sí puedo decir desde mi opinión personal es que Coalición por Melilla, después de una reflexión interna profunda, tiene que abordar un cambio de paradigma, sin que ello vaya a suponer en ningún caso renunciar a su esencia y a sus valores fundamentales que es lo que la define como partido político. Entiendo que hay que proyectar el futuro conforme a la exigencia de los nuevos tiempos y eso pasa necesariamente por una reforma de su organización, por una reforma de su estructura, y evidentemente también por una reforma de su imagen.
-¿El tema del liderazgo?
-El tema del liderazgo es una cuestión democrática, de las bases. Son las bases las que tienen que decidir, llega el momento de hacerlo o no hacerlo.
-¿Les pasó factura que se les relacionara con el voto por correo incluso desde la Fiscalía Anticorrupción? ¿O crees que la pérdida de confianza de los melillenses tiene otras explicaciones?
-Si nos vamos a analizar los resultados electorales de mayo, yo creo que sólo hay una manera de examinarlos y es siendo capaces de aceptar siempre desde una perspectiva democrática, que fueron unos resultados absolutamente condicionados por factores externos, que influyeron decisivamente en la participación y, por tanto, en las cifras finales. Y nadie se ha preocupado de analizar qué pasó. Después de los resultados ya parece ser que no interesaba qué pasó y el porqué de esa exagerada abstención, que yo creo que fue lo más significativo de esas elecciones. Pero bueno, yo tengo claro que el sistema, el establishment, fue con todo a sacarnos del terreno del juego a empujones y casi lo consiguen, pero puedo decir que, desde la perspectiva personal, yo algunas veces me siento un diputado de la asamblea por imperativo legal; o sea, porque la ley me otorga ese estatus, porque una cosa es la legalidad y otra la legitimidad y creo que la actual composición de la Asamblea no refleja ni mucho menos la voluntad de todos los melillenses. ¿Por qué? Pues porque eran 56.000 personas las que tenían derecho a voto y no participaron ni la mitad.
-¿Cómo va en el juzgado la denuncia por compra de voto que presentaron contra el PP?
-No puedo informar sobre esa cuestión porque no tengo conocimiento ni dentro del partido estoy al tanto de esas circunstancias. Yo creo que hay que dejar que los tiempos judiciales también pasen, que se vaya aclarando toda la circunstancia y definitivamente tengamos un camino expedito y claro para trabajar, que se depuren todas las responsabilidades que se tengan que depurar y podamos seguir haciendo nuestro trabajo de la manera más eficiente.
CpM es una formación política incómoda, sobre todo para quienes heredaron una mochila del pasado que yo califico de rancioafricanismo, decimonónico, si quiere. Y en esa mochila, lo sabemos todos los que hemos nacido aquí y vivimos aquí, esa mochila tiene el síndrome de Abdelkrim el Hatabi dentro. Y esto es una cuestión interesada. Siempre es una cuestión interesada con fines electorales. Nos colocan la etiqueta de peligroso y sospechoso.
-¿Siguen con la idea del miedo al moro?
-Nosotros somos los que tenemos que ir todos los días con el carné de identidad en la boca demostrando que somos españoles. Y aún así, ni por esas. ¿Por qué? Porque aquello de que viene el moro de hace 100 años se sigue esparciendo, sutilmente, eso sí, sutilmente para estigmatizar, para demonizar y para desacreditar socialmente a un partido, que incluso ahora, en estas circunstancias, después de haber pasado lo que ha pasado, somos o seguimos siendo la segunda fuerza política de la Asamblea.
Yo creo que Coalición por Melilla tarde o temprano tiene que recuperar ese lugar que le corresponde en las instituciones, pero eso sí, aprendiendo de lo ocurrido, reorganizándose a nivel interno y demostrando a la sociedad que si no existiera, y lo digo sinceramente, habría que inventarlo.
-¿Cómo están las relaciones con Compromís, ahora que forma parte de Sumar? ¿Seguirá siendo la correa de transmisión de las aspiraciones de CPM al Parlamento?
-Desde el partido se han manifestado claramente en este sentido. O sea, nosotros siempre vamos a seguir buscando una correa de transmisión en el Parlamento. ¿Por qué? Porque entendemos que ese localismo que representamos tiene que estar presente en las cámaras. Y por tanto, siempre vamos a estar junto a partidos políticos afines, desde una perspectiva ideológica, para que puedan trasladar nuestras inquietudes, nuestras propuestas y nuestras promesas. Hasta ahora había sido Compromís, que también es un partido que, después de las últimas elecciones, también se está readaptando a las nuevas circunstancias. Y si no es Compromís será otra formación política que de alguna manera pueda otorgarnos su confianza para seguir llevando nuestras inquietudes a las instituciones públicas y en este caso tanto al Parlamento. Nosotros siempre vamos a ir explorando esa vía porque creo que es necesario que nuestra voz se escuche a nivel nacional y evidentemente el foco de atención de un partido representado dentro del propio Parlamento pues es completamente diferente al que podamos tener nosotros aquí en Melilla
-¿Cómo ve Coalición por Melilla el acuerdo sobre la amnistía?
-La amnistía es un hecho excepcional, absolutamente absolutamente excepcional, que está poniendo patas arriba a todo nuestro ordenamiento jurídico en estos momentos. Y si se produce la amnistía, pues habrá que evaluarla cuando tengamos todo el contenido de su texto en justa medida y en justa proporción. Lo cierto es que yo ya lo dije también en el Pleno: no hay un acuerdo, ni hay consenso entre los grandes especialistas del derecho, entre los juristas de nuestro país, no hay acuerdos sobre su encaje constitucional, sobre su legalidad y sobre su aplicación.
De ahí la complejidad de toda esta circunstancia. Pero también hay que decir que no es una figura nueva. Ya hemos tenido amnistías a lo largo de la historia y también es una práctica que incorporan muchos ordenamientos jurídicos del mundo. De manera que vamos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, vamos a ver si el Tribunal Constitucional, en su caso, expresa su opinión, sus dictámenes y a partir de ahí, obviamente, Coalición por Melilla será siempre, como ha sido siempre, respetuoso con las decisiones judiciales que se tomen en nuestro país y evidentemente también respetuoso con la propia Constitución y con nuestro ordenamiento jurídico.