El final del proyecto Lal la Buya ha enfrentado este miércoles a la consejera de Cultura, Fadela Mohatar, y su antecesora en el cargo, la socialista Elena Fernández Treviño. Todo a costa de una somera mención que el popular Manuel Ángel Quevedo realizó en el Pleno para responsabilizar al PSOE de haber acabado con un proyecto social de primera magnitud al negarle la continuidad de las subvenciones que recibía.
Según Mohatar, fue Treviño quien se “cargó” Lal la Buya, un proyecto social que daba trabajo a diez mujeres en situación de vulnerabilidad y dedicado a la costura y el diseño. Y lo hizo, aseguró la consejera, por una cuestión de “revanchismo político”.
“Es el mayor atentado contra un proyecto social, es un tema doloroso”, indicó para añadir que las socialistas fulminaron “de forma inmisericorde” la subvención que permitía el funcionamiento del citado proyecto. “Eran unas mujeres que por primera vez podían vivir de su trabajo”, les afeó.
Fadela Mohatar acusó al PSOE de hacer “feminismo y progresismo de pancarta” e insistió en que acabar con aquello “simplemente por revanchismo político” es “de una indecencia política y una inmoralidad a prueba de bomba”.
“Para hacer daño al anterior Gobierno lo único que consiguieron fue dejar en la calle a diez mujeres. Dejaron el proyecto abandonado, los equipos están en un centro absolutamente abandonados y todo el trabajo anterior hundido por revanchismo político. Un Gobierno que se llama socialista feminista y progresista tiene muy poco que ver con lo que hicieron con ese proyecto”.
No justificaron
Pero Elena Fernández Treviño negó que lo sucedido con Lal la Buya tenga relación alguna con una cuestión de revanchismo político. Todo se debió, según afirma, a que el convenio firmado con esa entidad “estaba lleno de problemas” y no había justificación de las subvenciones otorgadas los años 2018 y 2019.
Treviño afirma que “no se podía renovar el convenio porque no había justificado la subvención, porque no se tramitó bien”. En total, según sus cálculos, Lal la Buya debía devolver a la Ciudad Autónoma un total de 100.000 euros correspondiente a los ejercicios del 18 y del 19.
La exconsejera de Cultura indicó que tenía “informes técnicos que contravenían” que pudiera continuarse con las subvenciones porque sería “constitutivo de irregularidades muy graves y de delitos”. No en vano, el tema se encuentra tanto en el Tribunal de Cuentas como en los juzgados melillenses, donde Fadela Mohatar ha tenido que ir a declarar, según la socialista.
En definitiva, desmintió cualquier situación de “revanchismo político”. “Todo se debe a una subvención que se concedió de forma irregular puesto que no se había justificado la del año anterior. ¿Dónde están esos 75.000 euros? Que lo explique Mohatar”.
Para demostrar que no hubo “revanchismo” Treviño manifestó que durante su mandato en Cultura “no me habrán escuchado sacar ese tema”. “Era un tema muy gordo que hubiera utilizado políticamente si fuera una cuestión de revanchismo”, argumentó.
Para Elena Fernández, la actual consejera de Cultura “era conocedora” de lo que sucedía en Lal la Buya. “Que hable de revanchismo político cuando lo que hay es una pésima gestión y un pésimo control del dinero público, ella es la que tiene que explicar todas esas cosas”, concluyó.