El colectivo ecologista Guelaya ha denunciado la muerte de cientos de peces en la desembocadura del Río de Oro como consecuencia de un vertido de aguas fecales que se produjo la madrugada del pasado sábado por el enorme chaparrón de agua que causó sobre la ciudad. Los datos también alcanzan a la fuente ornamental instalada en ese punto del caudal por cuanto que "ya está otra vez sumergida en fango tóxico, en el que cientos de peces moribundos dan los últimos estertores y los que ya han muerto tapizan las orillas y el fondo del estuario". "La única posibilidad de salvar la vida a estos peces sería que las aguas del cauce natural del río llegarán de nuevo al estuario, pero estas aguas son tragadas por el infame sumidero que hay más arriba del cauce".
Según estos ecologistas, hay una novedad con respecto al vertido anterior: "esta vez las excavadoras han hecho un muro en la fuente con el mismo fango para que no se extienda por la arena de la playa y deje imágenes como las del anterior vertido".
"Las caras de la gente que cruza el puente hacia la feria lo dicen todo. Pero eso no va a cambiar nada en una ciudad en la que los delitos ambientales son casi una norma; una ciudad que tuvo que pagar la remoción y lustre de la "fuente de colores" hace solo unas semanas para que las nuevas autoridades, escoltadas por el cuerpo técnico de la consejería de medio ambiente, hicieran algo así como una especie de "reinauguración". No nos sorprendería que después de volver a limpiar todo el fango con nuestro dinero se volviera a reinaugurar, lo hemos visto ya todo en esta ciudad", critica Guelaya.
"Lo único seguro es que nadie le va a devolver la vida a esos cientos de peces, y las próximas lluvias volverán a provocar otro nuevo vertido de aguas fecales sin que nadie ponga remedio. Desde Guelaya llevamos mucho tiempo reclamando que se invierta dinero en reparar los fallos de la ETAP y denunciando el sumidero que se traga el cauce natural, pero volveremos a intentar todo lo que está en nuestra mano para que este vertido no quede impune, incluyendo una denuncia al SEPRONA y que tome acta de la muerte de estos cientos o miles de peces.. Todo menos rendirse, por muchas que sean las razones para hacerlo", concluye.