Emilio Guerra, en nota de prensa, ha querido manifestar en nombre de su partido, Coalición por Melilla, una felicitación al pueblo melillense en su generalidad, con el deseo de que el respeto, la tolerancia y la ejemplaridad “sean una constante entre quienes desean disfrutar de unos días de diversión, ocio y descanso en la Feria 2023 que se inauguró el sábado.
Las festividades patronales se establecen por diferentes criterios, uno de ellos es por su conexión cultural y social. Guerra considera que es muy importante el fomento de la cohesión, ya que “la institucionalización de las festividades debe unir a una comunidad o sociedad alrededor de causas comunes, fortaleciendo los lazos entre las personas”.
Casi la totalidad del calendario festivo está compuesto por celebraciones de tipo religioso, “es la historia y la herencia”, pero no debemos olvidar, dijo, que Melilla ha evolucionado social y demográficamente y, en ella, conviven y se conjugan diversas creencias y tradiciones culturales, tan autóctonas y tan históricas las unas como las otras”, y continuó diciendo que: “hemos avanzado en este sentido, aunque todavía hay mucho que conseguir”.
Emilio Guerra, entiende que desde la perspectiva política “debemos ser abiertos y no encontrar reparos para consensuar el proyecto de una genuina identidad melillense, fruto de la inevitable e imparable nueva cultura y costumbres que surgen de la interacción y la diversidad, principalmente de nuestros jóvenes, que son en definitiva quienes marcarán el futuro”.
El objetivo de cualquier celebración o efeméride en una sociedad como la melillense “no debe ser enrocarse en la imposición de criterios de sólo una parte; porque, en definitiva, es la voluntad mayoritaria del pueblo la que finalmente decide qué festeja y qué no festeja”. Guerra, considera que se trata de resaltar los valores específicos de la actual sociedad en su conjunto, “en aquello que estamos dispuestos a compartir dentro del respeto mutuo”.
Por lo anterior, el diputado de CpM, ha manifestado apostar por celebraciones, festejos y efemérides “compartidas, que nos unan y que no siembren discordias, porque lo contrario, es fomentar la división del nuevo pueblo que emerge”.
La diversidad cultural puede ayudar a crear tradiciones y festejos más inclusivos y representativos de los melillenses en su conjunto. La ciudad está transitando por “senderos muy complejos” a juicio de Emilio Guerra, “donde la brecha socioeconómica es cada vez mayor” y “donde la segmentación avanza sin que pongamos remedio”. Es hora de que políticamente tomemos cartas en el asunto y le demos la importancia que merece, finalizó.
¿El Ramadán es compartido, la fiesta del cordero es compartida? Estas fiestas se han hecho oficiales, no? Y si, estamos en España y compartimos con los compatriotas peninsulares muchas fiestas religiosas, ¿algún problema por ello? Pregunta. Y si, ahora estamos celebrando unas fiestas patronales en honor de la patrona de Melilla, esperemos que por respeto a la comunidad cristiana nadie pretenda querer dar un ""giro " a las mismas porque a muchos nos van a tener enfrente.Asi es que lo que procede es el respeto a las fiestas de todas las comunidades y punto.
No se preocupe Sr. Guerra, todo llegará, en 20 años Melilla será musulmana en casi su totalidad y ya podrán hacer lo quieran con las tradiciones cristianas.
LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO CAMINA VELOZ HACIA UNA DECADENCIA ECONOMICA, SOCIAL Y ESPIRITUAL SOBRE TODO. EL FUTURO DE TODOS RECAE SOBRE UNOS CUANTOS ESPABILADOS DE TURNO, QUE SE CREEN DUEÑOS Y SRES DE TODO LO QUE SE MENEA..
Exactamente, Sr. Guerra. Las fiestas de Melilla, las genuinas, las de siempre, las de toda la vida, son fruto de la historia y de nuestra herencia, como cualquier otra ciudad del sur de España. Ahora, que a los vendidos a una causa extranjera como usted y sus correligionarios de Coalición por Marruecos (CpM) esto les chirríe, pues esto ya es harina de otro costal (y así les ha lucido el pelo en las dos convocatorias electorales de este año). Por mucho que se le haya regalado la nacionalidad española a gente de Farjana y de Beni Enzar antes de ayer, es este colectivo el que tiene que adaptarse a nuestra querida y españolísima ciudad de Melilla, a su idiosincrasia y a sus costumbres. Y no al contrario. El que quiera vivir a la marroquí, con su idiosincrasia, lo tiene facilísimo: sólo tiene que cruzar la frontera e impregnarse de ese modo de vida. A los melillenses de siempre, sean del credo que sea, nos gusta nuestra idiosincrasia, nuestra inequívoca españolidad, nuestra feria y nuestros vínculos culturales con el país al que pertenecemos. Nos gusta vivir en armonía, como siempre ha sido, y no nos gustan los partidos extranjeros de obediencia a Rabat como es el suyo