El calendario de mujeres del Sindicato Autónomo de Trabajadores de la Enseñanza (SATE-STEs) quiere seguir mostrando en este mes de agosto a artistas visuales de fotografía.
Carmela García (Lanzarote, 1964) es una fotógrafa española. Estudió en Londres y fotografía en Barcelona. Desde sus inicios ha aunado en la fotografía narrativa sus intereses sociales, mediante referencias literarias, plásticas y audiovisuales.
Su trabajo se basa en la necesidad de reevaluar la construcción de la historia, de renarrar los relatos sobre los que se ha construido el imaginario y revisarlo en el plano formal e icónico desde una perspectiva de género. Sus fotografías se centran en el mundo femenino y especialmente en las relaciones lésbicas. Representan escenas en las que la perspectiva masculina está ausente, siendo las mujeres las únicas protagonistas de los mundos idealizados que narra su obra.
Zanele Muholi (Umlazi, KwaZulu-Natal, Durban, 19 de julio de 1972) es una artista y activista sudafricana no binaria que trabaja fotografía, vídeo e instalación. Orienta su trabajo a cuestiones de raza, género y sexualidad, y especialmente documenta y celebra las vidas de la comunidad LGTBI de su país.
Se formó en fotografía en el Market Photo Workshop de Newtown, Johannesburgo, en 2003, y realizó su primera exposición individual en la Galería de Arte de Johannesburgo en 2004. En 2009 obtuvo una maestría de Bellas Artes en Medios de Comunicación Documentales de la Universidad de Reyerson en Toronto. Su tesis aborda la historia visual de la identidad y la política de las lesbianas negras en Sudáfrica después del Apartheid. En 2013, fue nombrada profesora honoraria en vídeo y fotografía en la Universidad de las Artes/Hochschule für Künste de Bremen en Alemania.
María García del Moral (Santander, 1893-Madrid 1956). Nació en el seno de una familia burguesa y creció en contacto con políticos, médicos, empresarios y escritores.
Fue la primera fotógrafa conocida que trabajó en Cantabria, participó como amateur en diferentes concursos, entre ellos el organizado por el Ateneo de Santander en 1916 en el que obtuvo una segunda medalla, lo que nos sugiere su preferencia por el retrato. Teniendo en cuenta que las mujeres debían acudir a las actividades del Ateneo acompañadas por un socio, es curioso que dejaran presentarse. Esta Institución le dedicó en 1935 una exposición monográfica. En el año 1938, tras especializarse en el retrato, abre un estudio fotográfico en la calle Castelar, donde retrata la sociedad burguesa. En la década de los 40 se traslada a vivir a Madrid y participa en concursos de ámbito nacional, entre ellos el organizado por Letras, revista del hogar, en 1942, así como en el concurso de fotografía infantil convocado por la Dirección General de Sanidad en 1943. En ambos obtiene diversos galardones.
Su obra se encuentra a medio camino entre la fotografía iluminada de principios del siglo XX, los retratos burgueses de algunos pintores conocidos y la fotografía coloreada de actores y actrices de Hollywood.
Sus “trabajos fotográficos iluminados” tienen como base las fotografías que toma en negativos de vidrio o plástico de revelado químico, y que, después de positivar, ilumina a mano con acuarelas, ceras, crayón u óleo. Este tipo de retrato iluminado adquiere gran éxito y se convierte entonces en la versión burguesa del retrato aristocrático realizado en lienzo.