El mar Mediterráneo tiene la suerte de tener un mecanismo natural de autolavado de fondo en el Estrecho de Gibraltar. Por ello, cabría esperar que las gaviotas patiamarillas de un mar pobre en nutrientes, tuvieran un tamaño corporal menor que las gaviotas de la misma especie de la región cantábrico-atlántica de España, bien conocida por su abundancia en recursos marinos para las aves acuáticas y marinas, debido a sus grandes superficies intermareales y a las surgencias de fondo ricas en nutrientes. Sin embargo, contra todo pronóstico, las gaviotas patiamarillas mediterráneas son de mayor tamaño que las cantábrico-atlánticas.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un extenso equipo de investigadores (del CSIC y la Sociedad de Ciencias Aranzadi) liderado en este caso por Alejandro Martínez Abraín, de la Universidad de A Coruña, autor senior del estudio recién publicado en Ardeola: International Journal of Ornithology, la revista científica de SEO/BirdLife.
Tras décadas de conjeturas y especulaciones entre los ornitólogos en torno a la posible diferencia de tamaño de los ejemplares de dichas poblaciones ibéricas, este equipo multidisciplinar, definitivamente, ha verificado que las gaviotas mediterráneas son más grandes que las cantábrico-atlánticas en todas las variables medidas: peso, longitud del tarso, longitud del ala, longitud de la cabeza, y altura del pico. Para dar consistencia al estudio, los autores han utilizado un tamaño de muestra muy grande (más de 1.500 aves adultas de 18 colonias diferentes) y teniendo en cuenta tanto hembras como machos. También han confirmado que los machos son mucho más grandes que las hembras en ambas regiones.
"Por primera vez, hemos observado que la magnitud de las diferencias es bastante constante en la mayoría de las variables medidas, en torno a un 7%, tanto en lo que respecta a las diferencias entre ambas regiones (independientemente del sexo) como entre sexos (independientemente de las regiones). La diferencia entre regiones fue aún mayor en el peso, siendo las gaviotas mediterráneas un 11% (los machos), y un 20% (las hembras), más pesadas que las gaviotas cántabro-atlánticas", subraya el investigador.
Además, los autores encontraron que las gaviotas mediterráneas no sólo eran más grandes sino que tenían (en relación con el tamaño estructural del cuerpo) alas más largas que las gaviotas cantábrico-atlánticas y, en particular, las hembras, en ambas poblaciones, tenían las alas proporcionalmente más largas que los machos.
Mayor tamaño para la migración y alimentación
"Esta alometría alar (diferencia en el cociente entre la longitud de ala y el tamaño estructural del cuerpo) podría estar relacionada con el sedentarismo de las gaviotas cantábrico-atlánticas, frente a la estrategia parcialmente migratoria de las gaviotas mediterráneas, tras descartar otros factores", sugiere Martínez Abraín. Es decir, si las gaviotas del mediterráneo son más viajeras que las cantábrico-atlánticas, evolutivamente, disponer de alas proporcionalmente mayores compensaría el esfuerzo biológico y el desgaste energético necesario para realizar estos desplazamientos.
De igual manera, los investigadores infieren que el mayor tamaño corporal de las gaviotas mediterráneas podría ayudarles a competir mejor con las gaviotas norteñas residentes por la adquisición de alimento, una vez coinciden en la región cántabro-atlántica. Y es que, aunque se trata de poblaciones diferenciadas, durante determinadas épocas, sobre todo en invierno, parte del contingente mediterráneo suele visitar la costa atlántico-cantábrica, mientras que las colonias del litoral atlántico no abandonan aquella zona.
"Por último, que las hembras de ambas poblaciones tengan alas proporcionalmente más largas que los machos, podría permitir que estas (más pequeñas) viajen distancias más largas a nivel local en busca de alimento o hagan uso de diferentes tipos de hábitat, evitando así la competencia por el alimento con los machos, más grandes", sugieren los autores.
Para explicar estas diferencias de tamaño entre poblaciones, los investigadores descartaron otras hipótesis, como las diferencias en la disponibilidad de alimento de origen humano per cápita entre regiones, porque tanto en la zona mediterránea como en la cantábrico-atlántica estas gaviotas arrojaban tamaños de población similares y han tenido a su disposición grandes vertederos en los últimos decenios como fuente de alimento. Por otro lado, las explicaciones latitudinales relacionadas con la regla de Bergmann, que establece que los animales que viven en zonas frías son de mayor tamaño que los que habitan en zonas cálidas tampoco eran aplicables, ya que las colonias de ambas regiones están demasiado próximas en latitud.
Un icono en playas y puertos
La gaviota patiamarilla (Larus michahellis) es una de las más abundantes y conspicuas aves marinas en las costas españolas, donde habitan tres subespecies. Ocupa áreas litorales humanizadas, puertos y playas urbanas, aunque también se instala en litorales naturales y, en menor medida, humedales de interior. Por su carácter oportunista es fácilmente observable y suele dejarse ver muy cerca en su afán de aprovechar los recursos tróficos propios de la actividad humana. Por esta cercanía a ambientes humanos, el verano es una buena ocasión para disfrutar de su observación y conocer más de cerca esta ave marina, así como para aprender a diferenciarla de otras gaviotas, o distinguir machos, hembras, juveniles, inmaduros y adultos por sus diferentes rasgos y comportamientos. En España existen tres subespecies.
Sus rasgos morfológicos son bastante similares a su pariente cercana, la gaviota argéntea (Larus argentatus) que cría más al norte en Europa. Ambas son de tamaño medio, de unos 55-67 cm de longitud y 130-158 cm de envergadura. Los ejemplares adultos tienen el plumaje blanco en la cabeza, nuca, pecho, vientre y flancos, y el dorso y parte superior de las alas de color gris, pues la librea es diferente en los juveniles, más grisácea y jaspeada. Las puntas de las alas son negras y moteadas de blanco. Tiene las patas palmeadas para facilitar la natación y el pico de color amarillo con una llamativa mancha roja cerca de la punta en la mandíbula inferior. La única característica a simple vista que diferencia a ambas especies es el color de las patas, rosadas en la gaviota argéntea y amarillas en la patiamarilla, lo cual las hace inconfundibles. Para aprender a diferenciarlas de otras especies de gaviotas o aves marinas, los aficionados a las aves pueden descargase gratuitamente la App Aves de España de SEO/BirdLife.