Un año más, de manera continuada desde el 2020, la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) ha vuelto a reclamar soluciones a los problemas que afectan a los militares a través de una concentración frente al Congreso de los Diputados. Cumple de esta manera la palabra dada a sus socios de movilizarse cada año en defensa de sus intereses, mientras no se produzcan cambios significativos en sus reivindicaciones.
La actual ministra de Defensa, Margarita Robles, respondió hace un tiempo a la pregunta de un periodista que cuando visitaba los cuarteles nadie se le quejaba por las retribuciones o por las condiciones profesionales. A partir de este momento, tanto ella como todos los partidos del arco parlamentario, ya no podrán decir esto públicamente, porque este sábado los militares, en especial los pertenecientes a la Escala de Tropa y Marinería, han dicho bien alto y claro que quieren cambios de calado en la profesión militar.
Durante la concentración, se han ido desgranando por los intervinientes los problemas más acuciantes que sufren los militares, comenzando por unos salarios que les hacen ser los servidores públicos peor retribuidos y continuando reclamando la necesidad de una Ley Única de la Carrera Militar que cree un mismo modelo de carrera para todos los militares, la modernización de la Ley Orgánica de Derechos y Deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas, la aprobación de una Ley de Movilidad que haga posible que los militares que deben cambiar de destino no sufran pérdidas económicas y puedan vivir dignamente y la mejora en la conciliación familiar y laboral.
El presidente de ATME, Marco Antonio Gómez, ha finalizado haciendo saber a los partidos políticos la fuerza del voto que tienen los militares y sus familias en provincias donde existen importantes guarniciones militares, así como les ha recordado que cuando el país los ha necesitado, tanto dentro como fuera de sus fronteras, han estado en primera línea, aportando su esfuerzo y sacrificio. Esto, les ha dicho en sus últimas palabras, “no puede valer 1.134 euros netos mensuales ni olvidarse de nosotros a los 45 años”.
Gómez agradece la presencia de miembros de otras asociaciones que han querido sumarse al llamamiento de ATME, en el convencimiento de que solo la unión de todos los militares puede hacer posible que sus propuestas tengan cabida en la política de defensa de la próxima legislatura.
El titular esta mal. No son los militares los que se quejan. Se quejan aquellos que no asumen que ingresaron con un contrato que incluía que finalizaban su relación con las FAS cuando llegaran a los 45 años, si no se preocupan por su futuro y se forman. Por otro lado, las condiciones laborales de los militares, en su gran mayoría, no son las mejores. Pero es su elección voluntaria, y, se supone, vocacional.