Todo el mundo sabe que la fe mueve montañas, pero también es la cura para salir de la droga. Éste fue el mensaje que ayer se anunció en el Palacio de Exposiciones y Congresos en el XII Festival Evangélico contra la Droga que se celebró con la presencia de varios pastores de esta iglesia y un conjunto de artistas de reconocido prestigio.
Así, intervinieron en este acto el presidente del Movimiento Evangélico de Filadelfia, Diego Jiménez, el responsable de zona, Luis Molina y el también pastor de la iglesia evangélica, Juan José Cortés, quien se dio a conocer en los medios de comunicación a raíz de un trágico suceso ocurrido hace unos años en Huelva.
Sí se puede
Quién mejor que una persona que ha superado su adicción a las drogas para anunciar a los cuatro vientos que sí se puede salir de este mundo; por lo que dos hombre pusieron voz a esta experiencia en este festival.
El director del centro de recuperación de toxicómanos de la Línea de la Concepción y ex adicto a las drogas, Enrique Núñez, explicó que esta institución pertenece a la iglesia evangélica y que fue donde él encontró la fuerza suficiente para dejar este mundo vicioso de la drogadicción.
Así, comentó que el centro tiene acuerdos con bastantes autonomías de de España, pues trabajan con personas de todos los lugares, e incluso, informó de que no hace mucho tuvieron en este centro a varios jóvenes de la ciudad.
En esta institución también trabajan con gente adicta al alcohol y con personas marginadas, y cuentan con un comedor social, en el que, por un euro, dan tres comidas diarias.
El subdirector de este centro, Antonio Romero, quien también fue drogadicto hace tiempo, explicó que cuando él tenía quince años, en España se puso de moda la droga y que por desgracia, muchos jóvenes cayeron en ella por desconocimiento, aunque más tarde pudieron ver como era algo terrible para sus vidas.
“En mi caso, en La Línea ya comenzaron con este centro, y me enteré de su existencia y tras haberlo intentado por muchas maneras finalmente en esta institución pude recuperarme”, indicó Romero.
En este sentido, estas dos pesonas trabajan a diario ayudando a otras a superar esta adicción y así, poder llevar una vida normal sin tener que depender de estas sustancias.
“Nosotros recordamos nuestra experiencia personal cuando llega alguien con este problema, porque a parte de la secuela física, la droga también deja muchas secuelas psíquicas. La palabra del señor nos dice que demos mucho cariño y mucho amor, por lo que hay gente que ha llegado al centro y nosotros le hemos dado un abrazo y le hemos dicho que le queremos y con esas dos cosas ya han empezado a llorar”, explicó Núñez.
En este sentido, estos dos hombres aseguraron que son muchas las personas que se acercan al centro que precisan de algo tan cursi pero tan necesario para el ser humano como es el cariño. Allí son atendidos y escuchados y también reciben consejos de cómo superar este mal trago en sus vidas. Una labor que llevan desempeñando desde hace 20 años y de la que aseguran, hay muy buenos resultados en cuanto a la rehabilitación de muchas personas gracias a la fe que ellos trasmiten.
Con todo el arte
Pero no todo en el día de ayer iba a ser serio, pues la música también es un refugio para las penas y una forma de celebrar con alegría la rehabilitación de muchos adictos de la droga.
Así, se contó con la presencia y el arte del coro de la iglesia evangélica y con una serie de artistas de reconocida trayectoria musical, como Antonio Vargas (Potito), Ángel Fernández (Moreno), Rafael Heredia (Rayo), Dolores Carmona (Lola) e Irene Suárez de Huelva.