Melilla está registrando una baja participación en esta jornada electoral. Según los datos oficiales aportados por la Delegación del Gobierno, hasta las seis de la tarde solo había votado un 36,91% del censo electoral frente al 44,66% que lo había hecho en 2019. Es decir, se ha constatado una bajada del 7,76% entre unos comicios locales y otro.
El porcentaje de bajada en la participación se ha ido incrementando a lo largo de la jornada. A las dos de la tarde, por ejemplo, el dato apuntaba a que se producía un descenso de apenas medio punto (25,71% en 2023 frente al 26,24% de 2019).
Cuatro horas más tarde, sin embargo, la participación ha caído en casi un 8%. En principio se especula con que la incomparecencia de los 6.000 solicitantes del voto por correo que no han emitido su dictamen puede ser la causa de la baja asistencia de melillenses a las urnas.
Quedan todavía dos horas para que se cierren los colegios electorales y se prevé que para entonces haya repuntado la participación, que ni siquiera llega a un 40% del censo melillense.
La jornada electoral, por otro lado, sigue transcurriendo por ahora dentro de la normalidad. Uno de los escasos incidentes reportados por la Junta Electoral de Zona es el de ciertas personas que intentaron votar en urna tras haber solicitado el voto por correo. Algunas de ellas, incluso, portaban falsos documentos supuestamente emitidos por el órgano judicial de control del proceso para que los presidentes de las mesas les permitieran emitir su voto.
Al margen de esta circunstancia, las elecciones se están caracterizando por el fuerte despliegue policial en los colegios y sus alrededores para impedir cualquier intento de coacción o de fraude durante las votaciones. Una de las imágenes que más han circulado, por su parte, son las de los carteros repartiendo el voto por correo en las mesas escoltados por agentes de la policía.