El acento de Melilla siempre ha estado en el punto de mira porque ni los mismos melillenses saben cómo definirlo.
Según la Real Academia Española (RAE), el acento se define como un: “relieve que en la pronunciación se da a una sílaba, distinguiéndola de las demás por una mayor intensidad, una mayor duración o un tono más alto”.
El Faro ha consultado a un filólogo autóctono para sacar conclusiones sobre el acento.Doctorado en Didáctica de la Lengua y la Literatura por la Universidad de Granada y profesor en el Instituto de Enseñanza Secundaria Miguel Fernández, José María García Linares, también poetista y ensayista español afirmó que “se conservan diferentes estudios que apuntan a que existe una tendencia innovadora y conservadora en el acento.”
Según apuntan diferentes fuentes y estudios, el acento o la modalidad lingüística existente de Melilla destaca por su tendencia conservadora ya que no tiene muchas variaciones.
Melilla ha acogido la separación lingüística de la Andalucía oriental y la Andalucía occidental, provocando así que se delimite por las características de ambas: vocalismo de lo occidental y el consonantismo de lo más oriental de la comunidad andaluza.
El habla melillense sigue la continuidad, en gran medida, la “norma culta” esparcida desde la ciudad de Sevilla y, que llegó al continente africano en la expansión del español en América.
En estas circunstancias, unida a la separación geográfica de la península, con el consiguiente aislamiento, hacen que en la ciudad de Melilla se hable una modalidad lingüística peculiar, aunque no ajena al resto de las hablas andaluzas.
Asimismo, el filólogo melillense afirma que “las vocales, por ejemplo, se conservan con muy pocas modificaciones. No tenemos en Melilla un rango vocálico que podemos tener en otros lugares de la Península. Pasa lo mismo en la aspiración de la -h, aquí no aspiramos como en Andalucía, somos más conservadores en estos sentidos.”
Melilla habla
En este sentido, El Faro también ha querido saber la opinión de los ciudadanos melillenses para comprobar hasta qué punto conocen el acento de la ciudad autónoma de Melilla.
Paco afirma “hay que en Melilla no tenemos un acento en concreto” al igual que Farid quien reitera que “el acento melillense no destaca por nada en especial”.
Javier, sin embargo, ratifica que el acento de la ciudad tiene un acento muy especial “aunque soy de Melilla y vivo en Ceuta, tiene una diferencia abismal, un deje bonito y gracioso”.
Karim cree que “el acento es una especie de andaluz pero más fino, no tan cerrado como en otros lugares de Andalucía”.
Por un lado, Felipe,otro de los ciudadanos a los que El Faro ha preguntado dice claramente “ que en Melilla no tenemos un acento definido, a veces nos confunden con gente granaína o de Cádiz pero yo creo que tenemos nuestro propio acento”.
Por otro, Pepe apoya la opinión de Felipe, afirma que “no tenemos acento, es parecido al acento malagueño.
Gintis que ista blando un puco bien, is ginte pulitica. Y parise sempre desi mentira. Yu no si ,Mijo cállate.
El acento linguístico de Melilla es una mezcla de las leguas y culturas que conviven en la cuidad. Hay, como no podría ser de otra manera, influencias andaluzas sobre todo, pero también del resto de España y también de la cultura musulmana.
Hay varios acentos dentro de la propia Melilla. Los mayores ya ancianos tienden a sesear. Las generaciones más jóvenes no. La pronunciación de la jota es muy áspera, dura, tipo granaíno, sin embargo no abrimos las vocales como ellos.
También influyen aquellos cuya lengua materna es el tamazight, por ejemplo en la pronunciación de la ll de Melilla.
El habla coloquial tiende a simplificar y frases como "Para qué vas a hablar" se quedan en "Paqué vablá"
Muchas gracias Carmelo.es muy triste pero tienes toda la razón.Yo podría añadir alguna cosa más a tu magnífico comentario pero......
En Melilla lo que tenemos en realidad es una “pobreza” lingüística cada vez más evidente en el habla de los jóvenes. A nivel fonético y/ fonológico con numerosos procesos de simplificación y sustitución que si bien son propios del habla del sur por aquí lo hacemos en palabras en las que jamás lo haría un andaluz o murciano. A nivel gramatical tenemos muy serios problemas en la conjugación y buen uso de los verbos y en cuanto a estructuras gramaticales sólo usamos las más elementales. A nivel semántico/ léxico es probablemente donde dejamos más de manifiesto nuestra pobreza y falta de competencia. A nivel pragmático hay un abuso constante de onomatopeyas y gestos inapropiados que hacen que nuestra comunicación sea, a veces , más no verbal que oral. Para otra ocasión podíamos dejar él lenguajes escritos cuya situación es aún más catastrófica.
Totalmente de acuerdo.