Tras el acto institucional por el Día del Pueblo Gitano, la conmemoración se ha tornado en un ambiente festivo. Las decenas de asistentes han podido degustar uno de los platos más característicos y tradicionales de esta cultura tan arraigada en la ciudad de Melilla a ritmo de flamenco de Los Soniketes.
La alegría se ha dejado notar durante todo el tiempo que ha durado esta celebración. En la Plaza de las Culturas se ha instalado una mesa donde se ha ofrecido al público dos ollas de Potaje Gitano, una receta que pasa de generación en generación entre las mujeres de las familias gitanas y que ha sido recibido con muchas ganas.
Parece que esta comida tradicional ha gustado y mucho a todos aquellos que la han probado porque en poco tiempo a penas quedaba nada en las ollas. El Faro ha hablado con Paqui, matriarca y encargada de la elaboración de este plato, que ha explicado qué ingredientes lleva y cómo es la elaboración.
"Este plato es una costumbre nuestra, que tenemos desde años y años atrás", explicó Paqui, que aclaró que el Potaje Gitano lleva varios ingredientes muy sencillos, pero nutritivos. Entre ellos, tomate, ajo, cebolleta, laurel, bacalao, garbanzos y habichuelas.
Para comenzar, dijo, dos días antes de la elaboración, el bacalao se pone en agua para desalarlo. Una vez se ha eliminado ese exceso de sal se comienza con la preparación. Se cuecen los garbanzos, las habichuelas y el tomate con la cebolleta que posteriormente se trituran. Una vez todo esté ligado se le echa el bacalao. "Está que no hay quien lo aguante", aseguró Paqui.
Este es un plato que esta melillense ha visto elaborar a su abuela, su madre y a sus hermanas. "Es un plato muy nuestro", destacó.
Por otro lado, los niños y niñas también han disfrutado de su día con un taller de manualidades. Los pequeños se han divertido en grupo y han realizado la bandera gitana, que posteriormente han lucido con orgullo por la Plaza de las Culturas. Sobre una plantilla en papel han coloreado la bandera con ceras en color azul y verde para las franjas y rojo para la rueda del centro y después la han pegado a un palo de madera.
Una buena actividad para la convivencia, en la que los niños y niñas se han entretenido mientras sus padres asistían al acto institucional.