Las obras de ampliación de la depuradora de Melilla se adjudicaron en plena pandemia del coronavirus. El 4 de julio de 2020, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir adjudicó los trabajos a la UTE FCC-Aqualia-ARPO Empresa Constructora. La idea era firmar el contrato para iniciar las obras entre el 10 y el 15 de agosto de ese año.
Según el contrato, el plazo de ejecución de los trabajos en la depuradora de Melilla es de 27 meses. De ellos, los primeros dos años corresponden a trabajos y los tres restantes a la puesta en marcha de la ampliación del cuarto módulo.
En octubre de 2021, la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, anunció que el Miteco (Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Deemográfico) había invertido 24 millones de euros en la ampliación de la desaladora, la instalación de la línea eléctrica y la mejora del abastecimiento.
Para la ampliación de la desalinizadora de agua de mar había en ese momento un presupuesto de más de 13,5 millones de euros, que comprendían 451.000 euros para la asistencia técnica a la dirección de obra y más de 13 millones de euros para la obra.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir tenía previsto financiar la inversión mediante Fondos Feder y fondos propios del organismo, con las anualidades siguientes: para 2021, un total de 8,6 millones de euros; para 2022, eran 4,2 millones de euros y 589.000 euros para este año 2023.
El caso es que el proyecto salió a licitación por 23 millones de euros, pero se adjudicó por 17, 4 millones que cofinanciaron los Fondos Feder y la Ciudad. Más tarde se tuvo que hacer un modificado de 2 millones de euros que retrasó el fin de las obras, previsto para abril del año pasado.
Así lo anunció en febrero de 2022 el consejero de Medio Ambiente, Hassan Mohatar, que aseguró que se necesitaban nuevos materiales y actuaciones que no aparecían en el proyecto original y que exigían el visto bueno del Gobierno central. Aún así, el cepemista esperaba que las obras estuvieran acabadas en abril de 2022 y que los cuatro módulos de la desaladora estuvieran funcionando a la vez a finales de 2022.
Pero eso no ha podido ser y a día de hoy seguimos atascados en las obras de ampliación del cuarto modulo de la desaladora que permitirá la ampliación de la producción de la planta hasta los 30.000 metros cúbicos al día. Se espera que este volumen solucione los problemas de suministro de agua en calidad y cantidad y ponga fin a los cortes de agua que sufre la ciudad desde hace años.
También se espera que el fin de ampliación del cuarto módulo mejore el proceso de filtración; la protección frente a oleajes extremos y que se pueda contar con un depósito de agua filtrada y una segunda toma de agua marina que permitan realizar el mantenimiento de la planta y reducir el consumo de energía.
Al respecto, no hay que olvidar que el presupuesto de Melilla para 2023 estuvo pendiente de cerrarse a la espera de que el Ministerio de Hacienda contestara si iba a asumir o no el sobrecoste de 7 millones de euros en el consumo de luz debido a la subida de las tarifas eléctricas.
Finalmente el ministerio no dio señales de vida y la Ciudad tuvo que asumir el sobrecoste, aunque rebajado.