Un joven de 29 años de edad y condenado por un delito de lesiones de 2016 será en este 2023 el preso que libera la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío. A 24 meses de cumplir su condena, este hombre quedará en libertad el próximo Jueves Santo, el 6 de abril, justo cuando la hermandad esté junto a la tribuna de la carrera oficial durante su estación de penitencia.
Los datos del preso fueron dados a conocer por el director del centro penitenciario de Melilla, Francisco Rebollo, en el acto que tuvo lugar en la sala de juntas este miércoles y en el que la Cofradía hizo entrega de la túnica de nazareno que el interno vestiría el citado Jueves Santo si decide acompañar a la procesión, una decisión totalmente voluntaria y que en los 22 años anteriores solo rechazaron “dos o tres personas”, indicó al respecto el hermano mayor, Gregorio Castillo.
Rebollo, por su parte, explicó que es difícil que la liberación corresponda a una mujer teniéndose en cuenta que son solo cuatro las reclusas que hay en Melilla frente a 170 hombres. “Estadísticamente la población femenina es muy inferior”, señaló para expresar su deseo de que “seamos capaces entre todos de devolver este joven a la sociedad con capacidad para vivir de acuerdo a las leyes”.
Además de la entrega de la túnica, durante el acto también se procedió a la firma del acuerdo por el que la Cofradía y el Voluntariado Cristiano de Prisiones se hacen cargo del preso, que durante un año quedará bajo su protección y responsabilidad. “Es una tarea difícil pero el balance que hacemos es muy positivo”, manifestó Rebollo.
Según dijo, se sienten “muy orgullosos” cuando ven a estas personas trabajando en la ciudad y quiso agradecer públicamente la ayuda de determinadas empresas que colaboran en esta misión, así como la labor que desarrollan tanto los miembros de la Cofradía como el Voluntariado que, actualmente, está bajo la presidencia del vicario Eduardo Resa. También resaltó el trabajo de Francisco Ruíz, “que es el encargado de que el liberado no se desvíe y nos ayuda mucho en esta tarea”.
Para Eduardo Resa, por su parte, añadió que la característica fundamental de la liberación del preso que se lleva a cabo en Melilla es el seguimiento que durante un año le hacen tanto la Cofradía del Cautivo como el Voluntariado Cristiano. “Reinsertan desde el acompañamiento, la cercanía y el cuidado. El tándem Cofradía y Voluntariado garantiza que se pondrá toda la carne en el asador para que la persona vuelva a la vida cotidiana y se reinserte en la sociedad sin ningún tipo de prejuicios”. De hecho, recordó que las cofradías tienen “una dimensión social y humana” que no se puede olvidar.
Y Gregorio Castillo, el hermano mayor de la Cofradía, entiende que liberar al preso y mantenerlo bajo su responsabilidad durante el próximo año “es una de las partes más importantes de lo que es la hermandad” porque significa “el ejercicio de la caridad”.
Castillo reconoció la gran responsabilidad que supone hacerse cargo de la reinserción social de un preso y confesó que se está “muy encima”. “Hay que poner toda la carne en el asador, unas veces con menos presión, otras con más, pero lo importante es hacerlo de forma desinteresada y con el amor que implica Jesucristo, que también fue preso”.
“Nosotros trabajamos con el preso que nos da la vida (en alusión a Cristo) y eso es lo que nos alimenta y nos va haciendo que, junto con la trayectoria anterior y los éxitos obtenidos, trabajemos con más ilusión y ganas”, manifestó.