La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha presentado este martes su Balance Migratorio 2022, en el que según la organización "se trata de un balance marcado, no ya en lo cuantitativo sino en lo cualitativo, por la masacre sucedida en la frontera de Melilla el pasado 24 de junio".
Durante el salto a la valla de Melilla, APDHA asegura en su informe que perdieron la vida "un número indeterminado de personas migrantes, pero siempre, superior a 23". La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía achaca la causa "a la actuación de la Gendarmería marroquí y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españolas". Esa actuación, apuntan, "ha de ponerse en el centro de cualquier análisis que se haga de las políticas migratorias y de fronteras del año 2022".
APDHA alerta de la peligrosidad de las rutas migratorias, que en el año 2022 registraron al menos 1.901 víctimas, convirtiéndose así en la segunda cifra más alta de la historia, solo superada en 2021, con 2.126 personas fallecidas.
De las 1.901 personas fallecidas en 2022, solo se han recuperado los cadáveres de 707, el resto se ha quedado en el mar.
Evolución de los flujos migratorios
El balance migratorio es fruto del monitoreo que anualmente realiza la organización andaluza, que detalla en este informe de manera pormenorizada la evolución de los flujos migratorios y los compara con años anteriores.
"Estas insoportables cifras de muertes en la frontera sur son aún más dramáticas si tenemos en cuenta que se producen a pesar de un descenso de las llegadas a las fronteras españolas de casi un 23% con respecto al año 2021 (una disminución que se eleva al 39,24% si se contempla la entrada masiva en Ceuta de 12.000 personas provenientes de Marruecos de mayo de 2021)", lamenta la organización.
El dato refleja, según la APDHA, que en 2022 la ratio de muertes por entradas ha alcanzado el 11 %, lo que muestra el aumento de la peligrosidad de las rutas de migración.
El balance detalla que la ruta canaria continúa siendo la más mortífera y acumula 1.330 de las 1.901 víctimas de 2022. También es la ruta por la que más personas entran en territorio español, un 56% del total de personas que llegaron a España durante el año pasado.
A Andalucía llegaron 7.300 migrantes, según datos del informe de APDHA y a Levante 6.356, con lo que este área fue la única zona de la frontera sur en la que se incrementó la llegada.
El documento también analiza el perfil de las personas que arriban. De acuerdo con los datos obtenidos, "resulta interesante constatar que mientras que en la ruta canaria predominan las personas migrantes de origen subsahariano, en el cómputo de la península y Baleares, la mayoría de las personas que llegan tienen origen norteafricano".
La APDHA considera que el descenso en el número de llegadas está vinculado con los acuerdos entre España y Marruecos que, en estos días, se han visto reforzados por la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los representantes de ambos países. Lo que ha propiciado, dicen, que las rutas migratorias deriven en trayectos más largos y peligrosos, como hacia Canarias y Levante.
Relaciones con Marruecos
Esto se debe, según analizan en la APDHA, a que Argelia ha tenido "una actitud más flexible" en la vigilancia de salida de pateras hacia España, a raíz de que el gobierno español diera un giro a su posición y expresara su apoyo a la propuesta de Marruecos de llevar a un referéndum el conflicto sobre Sáhara.
Según la organización, "las cifras extraídas del informe ponen de relieve que la apuesta política del Gobierno español de Pedro Sánchez por intensificar la externalización del control migratorio en manos de Marruecos es una decisión de corto recorrido".
La organización entiende que "Marruecos no es siquiera capaz de gestionar adecuadamente la situación de sus propios nacionales y que difícilmente podrá aplicar a las personas migrantes en tránsito otro enfoque que no sea el de violencia y vulneración de derechos".
En este sentido, la APDHA concluye destacando "la necesidad de construir nuevas políticas migratorias que garanticen los derechos humanos en frontera y en territorio". "La sangría incesante de vidas humanas o la falta de apoyo para las familias de las víctimas requieren una modificación de las políticas migratorias", recuerdan.
Para ello, desde la organización insisten en "la creación de vías legales y seguras para las personas migrantes, aquellas que proceden de países en situaciones socioeconómicas más complejas", concluyen.