Un guardia civil, llamado Antonio Gálvez, destinado en la Sección de Seguridad del Centro Penitenciario de Córdoba, mientras se encontraba de permiso en Melilla visitando a su familia durante las fiestas navideñas, observó que una embarcación de recreo alcanzaba la playa de los Cárabos y de su interior salían corriendo 13 personas de origen magrebí.
El agente, aunque se encontraba disfrutando el permiso y acompañado por su familia, no dudó en actuar con rapidez, interceptando a uno de los ocupantes, asegurando la embarcación y orientando a las patrullas movilizadas y al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), que consiguieron detener a otras cuatro de las personas que viajaban a bordo de la embarcación.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) felicita públicamente a dicho guardia civil por su profesionalidad y compromiso, y espera que sus mandos directos y la jefatura provincial de Córdoba eleven la correspondiente propuesta para que sea felicitado y condecorado oficialmente. Debe tenerse en cuenta que no es la primera vez que este agente da muestras de su valía profesional, porque hace unos años auxilió a un vehículo accidentado, rescatando de su interior a una mujer.
Y a todo ello se añade el plus de pertenecer a una unidad de Protección y Seguridad, especialidad de la Guardia Civil que habitualmente es infravalorada por una buena parte de la escala de mando, a pesar de realizar cometidos tan relevantes como las conducciones de presos y detenidos, así como la seguridad de edificios públicos y centros penitenciarios.
Según los datos del Ministerio del Interior, durante 2022 se han multiplicado un 310% las entradas migratorias por vía marítima en Melilla, pasando de 37 en 2021 a las 152 personas que este año han logrado alcanzar la costa melillense, a las que ahora se suman esas 13 detectadas por el guardia civil de Córdoba, lo que da un total de 190 personas.