La asociación Amlega ha defendido los talleres sobre diversidad afectivo-sexual de los ataques que han tenido recibiendo últimamente desde sectores como la nueva plataforma TEM o la Comisión Islámica, que piden la implantación del pin parental o aseguran que "son perjudiciales para los alumnos y alumnas" de los colegios, que "aleccionan sobre cómo se debe o no se debe ser". Ante todo ello, esta organización deja claro que esos talleres tienen como finalidad "hacer realidad los principios y objetivos que animan nuestro sistema educativo, aprobado democráticamente por nuestro parlamento". "Principios como una educación sin discriminación, el fomento de la igualdad efectiva, la transmisión y puesta en marcha de valores. Objetivos como: lograr el pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades de los alumnos-as, educar en el respeto a los derechos y libertades fundamentales, fomentar el dialogo y la tolerancia como estilo de vida. En definitiva, preparar a la persona para su integración en la sociedad mediante un conocimiento de ésta en toda su diversidad y desde una actitud de comprensión y respeto a la dignidad de las diferentes opciones y modelos de vida".
En un comunicado hecho público este lunes, Amlega piensa que "yerran quienes, en nombre de una moral particular, con fundamento o no religioso, piden el mencionado pin parental". "Este no es mas que un eufemismo para designar lo que en realidad es, un "veto parental" a una educación que muestre la realidad tal y como es en su compleja diversidad, a una educación que fomente el respeto a la dignidad de las personas que no viven según el modelo dominante. El eufemísticamente llamado pin parental es, en última instancia, el deseo de que se perpetúe un único y dominante modelo de vida afectivo-sexual: el modelo hetero-patriarcal".
Se denuncia que estos talleres pueden perjudicar la integridad psíquica y mental de los alumnos y alumnas, ante lo cual "nos preguntamos ¿en qué estudios, investigaciones se fundamenta tal afirmación?, ¿cómo puede ser perjudicial fomentar la comprensión de la realidad social en su diversidad?, ¿qué hay de pernicioso en fomentar el respeto a la dignidad de las personas con independencia de su modelo de vida afectivos-sexual o de cualquier otra singularidad?".
"Pensamos que esos sectores, desde la creencia de estar en posesión de la verdad y del bien, lo único que persiguen es imponer su visión moral, en la cual no hay cabida para homosexuales, lesbianas, transexuales, personas transgénero, etc. Ese 'veto parental' que proponen le hace un flaco favor a la escuela y a su labor educativa. Es un obstáculo a ese camino de libertad, autonomía y formación del propio criterio que persigue la escuela", añade Amlega.
Asimismo, recuerda que se tilda a estos talleres de ideológicos, de adoctrinadores. Respecto a esta acusación, la organización cree "que es pertinente aclarar qué es y qué no es adoctrinar". "El adoctrinamiento y el adoctrinador da instrucciones de cómo hay que obrar y comportarse. El adoctrinador busca en última instancia que se adopte su ideología desde el convencimiento dogmático de estar en posesión de la verdad. Niega la posibilidad a otras ideas que no coincidan con las suyas". "Nos parece muy injusta esta acusación que se hace a la escuela y a su labor educativa a través de estos talleres de diversidad afectivo-sexual. Es una tergiversación interesada en perpetuar una moral heteropatriarcal. Con estos talleres se busca todo lo contrario, poner las bases para una inteligencia autónoma y una moral abierta".
Al respecto, también manifiestan, siguiendo al pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire, defensor de una pedagogía crítica, que "el silencio es adoctrinador". "Querer silenciar, ocultar que existen diferentes formas de vivir la afectividad, la sexualidad, el género es otra forma de adoctrinar, de imponer una determinada visión de la sexualidad y del mundo de los afectos".
Por otro lado, la escuela al impartir estos talleres no hace más que seguir las Recomendaciones de la Comisión Europea para luchar contra los discursos de odio, el racismo y la intolerancia. Recomendaciones que fueron adoptadas el 8 de diciembre de 2015. En estas Recomendaciones se subraya la importancia de la educación como herramienta para acabar con los discursos de odio y sus consecuencias. "Se recomienda que se promueva un mejor entendimiento de la necesidad de diversidad en el marco de la democracia y los derechos humanos. Que se elaboren programas educativos específicos para niños y jóvenes en los que se fomente el respeto a la diversidad, como una forma de combatir los discursos de odio y sus consecuencias perjudiciales para los individuos, grupos de personas (homosexuales, lesbianas, transexuales, personas transgéneros, etc.) y la sociedad en su conjunto. Silenciar la realidad lgtbiq, cuestiones como la identidad de género, la transexualidad etc., no ayuda a combatir los discursos de odio y sus consecuencias, más bien los favorecen".