El ‘plan B’ de CpM sobre suministro de agua a Melilla se basa, fundamentalmente, en tres puntos concretos: buscar más pozos en la ciudad, disponer de una desaladora portátil y disponer de un buque cisterna que dé respuesta inmediata a las necesidades de abastecimiento. Así lo ha planteado el consejero de Medio Ambiente, Hassan Mohatar, en el Consejo de Gobierno celebrado esta mañana, donde también dejó de manifiesto que ante situaciones como las vividas en los últimos días se decrete una emergencia “que palíe en la medida de lo posible la difícil y complicada situación que hemos sufrido con las continuas averías de la desaladora”, comentó.
Hassan Mohatar puso el acento en “la precariedad” del suministro ante “averías importantísimas”. De ahí que se hayan buscado alternativas que sirvan para dar respuesta a la ciudad en momentos de dificultad, a pesar de que la desaladora, insistió el consejero, no es competencia de la Ciudad sino del Estado a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
“La confederación no está cumpliendo para nada con la necesidad de los melillenses, sobre todo en el caso de la última avería, que ha sido muy importante y que ha provocado que a lo largo de diez días hayamos sufrido y tengamos que seguir sufriendo todavía cortes de agua, algo que los ciudadanos no se merecen bajo ningún concepto”, añadió.
El responsable de Medio Ambiente aseguró que se han mantenido infinidad de reuniones tanto con la CHG como con los técnicos de la Consejería en la búsqueda de alternativas. Y la conclusión, según dijo Mohatar, es que no se dependa exclusivamente de la desaladora para el suministro de agua. Actualmente, el abastecimiento procedente de la desaladora alcanza el 65% del total de la ciudad, lo que supone entre 19.000 y 20.000 metros cúbicos de los 38.000 que necesita diariamente la ciudad. El resto sale de los pozos pero la sobreexplotación en estas instalaciones lleva a una calidad pésima del agua, que se ha vuelto salobre. “Sin embargo, no hay más remedio que tirar de ellos para cubrir la necesidad”.
El consejero cepemista fue crítico con la actitud de la CHG, a la que acusó de “cierta dejadez” y de no haberse implicado lo suficiente en esta crisis. “Debía de haberse implicado más y haber dado una respuesta porque son ellos los que suministran el agua que Melilla paga y que no da la desaladora, unas instalaciones que le corresponden al Estado”, insistió.
Según Hassan Mohatar, los técnicos de Medio Ambiente trabajan ya en las tres líneas básicas del ‘plan B’ y declarar la emergencia con el fin de que esta situación “sobrevenida y complicada” no vuelva a ocurrir. “Desgraciadamente, durante los últimos 3 o 4 meses hemos sufrido averías de todo tipo”, se lamentó para añadir que otro problema es lo “obsoleto” de la red eléctrica de la desaladora, que tiene muchos fallos y que se ha tratado de solventar con la incorporación de un grupo electrógeno que, sin embargo, tiene capacidad para tirar de un único módulo de los tres que forman la infraestructura. “Eso nos da la posibilidad de tener al menos un módulo trabajando cuando hay problemas”, explicó.
Otro punto importante, según Mohatar, es la red de abastecimiento, que calificó de “auténtica vergüenza” porque hay determinados sectores en la ciudad donde tiene hasta 40 años sin cambios. “Eso provoca que haya muchas roturas”, aseguró el cepemista para añadir que se está trabajando en el tema habiéndose realizado ya un 33% de la red que está bajo la competencia de la Ciudad. Ello ha supuesto una inversión de casi 4 millones de euros.
La Consejería, igualmente, se encuentra inmersa en la sectorización de la red de manera que cuando se rompe una tubería solamente se tenga que cortar un sector pequeño y no un trecho importante que pudiera afectar a muchas viviendas.
Y otro asunto de “vital importancia” es el pantano de las adelfas, actualmente seco, lo cual ha impedido que pudiera aliviarse la situación de los cortes de agua. “He hablado con la confederación para darle una respuesta vital al pantano. Es imperioso y fundamental que ese pantano tenga capacidad al menos de entre un 50 y un 70% de agua”, comentó el consejero, quien recordó que fue “una asociación la que cegó la arqueta de captación de agua”, dejándolo inutilizado.
“Ese vaciado del pantano ha supuesto que no hubiera agua para un ‘plan B’ y que en caso de avería se pudiera suministrar mientras se reparaba el problema. Espero que eso no vuelva a ocurrir. Está muy bien que haya asociaciones en defensa de la naturaleza pero hay un interés muy importante que es darle de beber a la gente”, indicó.