La ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, ha venido a Melilla a presentar el "ambicioso" Plan Estratégico Integral que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene preparado para rescatar a nuestra ciudad de la profunda crisis en la que nos han dejado el cierre de la aduana comercial con Marruecos; la pandemia del coronavirus, el cierre de la frontera, el fin del comercio atípico; el encarecimiento de los combustibles por la guerra de Ucrania; el aumento del precio de los alimentos y la quiebra masiva de comercios que venimos registrando desde 2018. Básicamente nos han pasado por encima las siete plagas de Egipto.
Pero resulta que Isabel Rodríguez no es una ministra cualquiera: es la portavoz del Gobierno de España y por eso su visita a Ceuta y Melilla tiene mayor impacto en nuestro entorno. Ha venido a reivindicar la apuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez por la españolidad de las ciudades autónomas en un momento muy delicado de nuestra historia.
Cuando muchos nos dan por muertos, el Ejecutivo central presenta un plan de rescate de 356 millones de euros para Melilla y eso es un gesto político potente. Es como el futbolista que mete un gol y manda callar a la afición del equipo contrario.
Melilla lleva años en una situación límite y este Plan Estratégico, sumado al Plan Estratégico que aprobó la Ciudad el otoño pasado hay que entenderlo como la tabla salvavidas que necesitamos que sobrevivir después de un naufragio.
Pero para que ese rescate se produzca, lo primero es tener negro sobre blanco un calendario de inversiones. Si las previsiones se cumplen, Melilla lo notará. No vamos a salir de la crisis de un día para otro, pero vamos a dar los primeros pasos, que casi siempre son los más difíciles de dar, para devolver el esplendor y la prosperidad a esta tierra.
Hemos pasado por mucho y siempre conseguimos salir adelante. El Plan Integral es hoy más que nunca un mensaje de esperanza, necesario y urgente, que echábamos en falta.
Y efectivamente, el Gobierno socialista ha cumplido su palabra. Prometió un plan urgente para Melilla y ya lo tenemos. Cabe esperar, por tanto, que cumpla también con el programa de inversiones.
A la espera quedamos , pendientes de que no sea otra de esas decenas de promesas que el tiempo borra sin ser cumplidas. El personal tiene algo mas de memoria que los tres segundos que tiene un pez, pero no llega a los dos meses y algunos menos.
Esperemos, no seamos impacientes aunque la promesa venga de donde viene, con su pedigree de incumplidos y decenas de contrarios a lo prometido. Suerte tengamos paisanos