Los familiares, aterrados, aguardaron frente al sinistro que se les confirmara el terrible desenlace. El cadáver, localizado por los Bomberos, no será rescatado hasta esta mañana.
Un terrible incendio, sobre las siete y media de la tarde de ayer, en el establecimiento ‘Talleres Montilla’, sito en el Polígono SEPES del barrio de ‘El Real’, se cobró ayer la vida de su propietario, que según fuentes solventes, acudió con un extintor al interior del local una vez se apercibió de lo que en principio parecía un simple conato de incendio. Sin embargo, y tal cual confirmaron los Bomberos posteriormente, el fuego se propagó con extrema rapidez como consecuencia del material inflamable apilado en el taller, dedicado a los arreglos de chapa y soldadura en vehículos a motor.
De hecho, cuando los Bomberos fueron avisados las llamas ya sobrepasaban el techo del taller, una nave metálica como las del conjunto del Polígono Industrial que en el barrio de ‘El Real’ construyó la Sociedad Estatal para la Promoción y Equipamiento del Suelo (SEPES) a finales de los 80 y principios de los años 90, de ahí el nombre con el que se conoce al polígono popularmente.
Cronología
El incendio se desató pasadas las siete de la tarde y aunque los Bomberos, una vez avisados, tardaron menos de cinco minutos en llegar al lugar del siniestro, el fuego se había extendido con absoluta rapidez y atrapado en su interior al propietario, Antonio Montilla, cuyo cadáver quedó totalmente calcinado, aunque es más que posible que desfalleciera, antes de ser devorado por las llamas, víctima del denso humo que generó el fuego.
La situación en el exterior del taller no podía ser más dantesca. Numerosos familiares, entre los que se encontraba su hijo –un profesor de Educación Física de un centro público de Primaria– no perdían la esperanza a pesar de lo terrible del siniestro, que provocó daños en las naves colindantes y que alcanzó temperaturas de hasta 800 grados.
Precisamente, las altísimas temperaturas dificultaron el rescate del cadáver, localizado en un altillo al fondo de la nave, donde al parecer se inició el fuego.
De hecho, el cadáver no pudo ser rescatado ayer, por los gases y alta temperatura del habitáculo, una camarilla superior, donde el fallecido quedó atrapado. Hoy, a partir de las nueve y media de la mañana, se procederá a su traslado.
Causas
Los Bomberos no pudieron precisar ayer las causas del siniestro, que hoy será analizado por la Policía Judicial.
Tampoco fue fácil identificar al cadáver, porque su estado de calcinación no permitía diferenciar la cadena y anillo que los familiares señalaron como detalles que pudieran asegurar la identidad de Antonio Montilla. No obstante, el relato de quienes le vieron entrar a apagar el fuego con un extintor, caso por ejemplo de un empleado suyo, no dejaba ayer noche lugar a dudas sobre la identidad del fallecido.
Autoridades
La dimensión del incendio, que durante buen rato mantuvo a los vecinos de ‘El Real’ en un vilo, a causa de los muchos coches de bomberos y policías desplazados hasta el lugar, motivó también que fueran muchas las autoridades que se desplazaron hasta el lugar del siniestro. Entre ellos, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, además del jefe provincial del Cuerpo Nacional de Policía, Juan Manuel Calleja, y un amplio número de consejeros y viceconsejeros del Gobierno Local, que no dudaron en acudir sobre todo tras saber que el fallecido era primo del consejero de Educación, Antonio Miranda.
Los consejeros Rafael Marín, Abdelmalik El Barkani o el viceconsejero Francisco Villena, fueron algunos de los que expresaron sus primeras condolencias y pésame a los familiares de Antonio Montilla, que hasta hoy no podrán ver el cadáver por recomendación del médico forense que aplazó para hoy, por las razones apuntadas, su rescate.
Medios
Para apagar las llamas, los Bomberos utilizaron cien mil litros de agua, ocho coches equipados con grúas y cisternas. Asimismo, fueron hasta 30 los funcionarios del Cuerpo que se movilizaron con su jefa María José Marcos a la cabeza. También supervisó personalmente las labores el consejero de Seguridad Ciudadana, Ramón Antón, quien destacó el esfuerzo que la extinción del siniestro supuso tanto para los Bomberos como para los Servicios Operativos, que colaboraron activamente en las labores de extinción de las llamas.
Actuación de los Bomberos
Los Bomberos tardaron una hora en apagar el incendio. Para ello necesitaron ayuda de los Servicios Operativos, que contaron para las labores con la presencia y dirección del viceconsejero Francisco Villena.
En concreto, se emplearon cerca de 100.000 litros de agua, además de 100 litros de espumógeno, material que al ser mezclado con agua multiplica su efecto de extinción.
Asimismo, se utilizaron cinco camiones grandes y tres pequeños, a los que se unieron dos cubas de 8.000 litros cada uno de los servicios operativos municipales para poder relevar a los vehículos del Parque de Bomberos.
Durante la actuación, también se reforzó la plantilla del Servicio de Extinción de Incendios con personal que estaba fuera de servicio, de modo que al final trabajaron una treintena de funcionarios para apagar este incendio.
El trabajo de los bomberos se centró en extinguir el incendio, que llegó a alcanzar los 800 grados de temperatura, y evitar que se propagara al resto de las naves, lo que hubiera resultado muy peligroso por ser en su mayoría almacenes de material muy inflamable.
El consejero Ramón Antón explicó que el fallecido se encontraba en la parte alta de la camarilla en el momento del suceso.
Talleres Montilla. Una empresa familiar
Talleres Montilla es una empresa familiar dedicada a arreglos de chapa y soldadura en vehículos a motor que Antonio Montilla trabajaba junto a un hermano ya fallecido. Actualmente, compartía el negocio con un sobrino, que precisamente ayer se encontraba de viaje en la Península.
Padre de dos hijos, uno de ellos en Huesca y otro profesor de Educación Física en un Colegio de Primaria de nuestra ciudad, se trataba de un hombre trabajador, muy conocido y apreciado.
La noticia corrió ayer como la pólvora en Melilla y sembró de tristeza a la mayoría de los melillenses, a quienes apreciaban y conocían a Montilla y a quienes sin conocerlo lamentaron tan terrible accidente.