¿Cuáles han sido las primeras sensaciones durante este primer mes del año tras la prohibición a nivel nacional del consumo de tabaco en todos los lugares públicos? ¿Se cumple la normativa en todos estos establecimientos? ‘El Faro’ intenta responder a todas estas cuestiones y muchas más recogiendo la opinión de los todos los afectados.
¿Recuerdan los lectores de ‘El Faro’ cuando sentados en una cafetería apartaban el cenicero o acercaban uno para tomarse ese té con un pitillo? Se trata de una escena que ya no volverá a repetirse, ni para los que huían de este contenedor de cenizas ni para los que precisaban de uno. Hoy se cumple un mes de la entrada en vigor de la Ley Antitabaco y a través de diferentes perfiles de melillenses, este periódico recogerá las primeras vivencias tras lo que muchos han denominado ‘una adaptación forzosa a los espacios sin humo’.
La Ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro y la publicidad de los productos del tabaco ha cambiado los hábitos de miles de melillenses que disfrutaban de un cigarrillo al desayunar o con una copa tras una estupenda comida en un restaurante. Ahora, es común llegar a un bar y ver repleta su terraza, único espacio permitido para fumar; o mesas vacías con una o dos personas esperando a que el resto del grupo entre en el local y se siente de nuevo para continuar con la charla.
La única opción de los establecimientos hosteleros de la ciudad es pedir una licencia para poner una terraza, sin embargo, son muchos los bares y cafeterías que no podrán recibir este permiso ya que no hay espacio suficiente en la acera para ello. ¿Qué ocurre entonces? ¿Cuál es la solución para este tipo de locales? Pues como el ingenio se agudiza, sobre todo cuando la necesidad aprieta, son muchos los hosteleros que han agujereado sus fachadas para colocar una pequeña repisa donde sostener un vaso de café y un cenicero para los clientes fumadores.
El objetivo de esta ley es proteger a todas esas personas que son fumadoras pasivas y que según los estudios realizados también sufren la posibilidad de desarrollar enfermedades a pesar de no ser ellos los fumadores. En este sentido, desde el Ministerio de Sanidad se hizo hincapié en todos aquellos trabajadores de la hostelería española que se veían perjudicados por el humo del tabaco al trabajar de forma continuada en lugares donde sí estaba permitido fumar.
Por otro lado, las restricciones se hicieron extensas a las zonas donde se desarrollen actividades juveniles o infantiles incluso si se encuentran al aire libre. De esta forma, nadie podrá fumarse un pitillo en las cercanías de un parque infantil. Tampoco se permite en los aeropuertos, espacios públicos cerrados o cerca de un centro sanitario. ¿Demasiado estricto? Juzguen ustedes mismos.
Un cigarrillo electrónico, por favor
En esta farmacia de la calle General Polavieja ya se han agotado todas las existencias de cigarrillos electrónicos. Unos aparatitos que permiten simular la acción de fumar. En este sentido, aseguraron que habían llegado clientes indicando que en ninguna de las farmacias de la ciudad había existencias de este tipo de cigarros.
Dependiendo de las casas hay diferentes modelos con sabores a mentol, frutas o incluso al propio tabaco. De hecho, muchas marcas de cigarrillos electrónicos sí contienen cantidades pequeñas de nicotina como una medida previa para ir dejando de fumar. Pero no todos los melillenses quieren este cigarrillo para dejar de fumar, sino para engañarse mientras están en un local o establecimiento donde el consumo de tabaco está prohibido.
También ha aumentado el número de ventas de parches y chicles.
Las ventajas son que los fumadores pierden ese deseo durante unas horas más y el resto de personas que están a su alrededor no respiran este humo nocivo, ya que sólo expide vapor de agua. En el caso de los cigarrillos electrónicos con nicotina no contienen otros productos agresivos y peligrosos para la salud como son el alquitrán y otras sustancias de este tipo.
¿Qué opinan en los estancos?
El estanquero Antonio Hidalgo asegura que la gente sigue comprando tabaco como antes, por lo que esta ley Antitabaco no ha afectado de forma tan contundente al este tipo de empresas como en un principio esperaban.
Muchos compradores están de acuerdo y otros se sienten discriminados o “escoria”, tal y como aseguró sobre los comentarios que realizan sus clientes. De esta forma, añadió que se puede haber vendido un poco menos debido a que muchos han dejado de fumar aprovechando la coyuntura.
Que el tabaco es perjudicial ya se sabía, pero Hidalgo aboga por la libertad de cada uno. Además, indicó no entender cómo hace cuatro años los hosteleros realizaron una inversión fuerte para acondicionar sus locales y ahora ya no sirve para nada.
Hay más productos tóxicos
Mercedes Serrano es estanquera de toda la vida ya que sus padres fueron los primeros en comenzar un negocio que continuó ella. Ha notado la bajada de las ventas en este mes debido a la entrada en vigor de la ley Antitabaco. En declaraciones a ‘El Faro’, confesó que los fumadores tienen mal humos estos días con el hecho de no poder disfrutar de una cerveza junto a un pitillo.
Así, comentó que la ley protege a los fumadores pasivos pero este cuidado con niños y personas mayores es relativo porque hay otros factores que perjudican la salud y que también contaminan nuestro entorno. Sin ir más lejos, señaló que al hacer un filete hoy en día suelta mucha agua y nos lo comemos igual, aunque tenga sustancias tóxicas para nuestro organismo.
A fumar bajo el toldo
La Asociación de Vecinos Hijos Adoptivos de Melilla es un espacio sin humo, sin embargo, no todos sus socios están felices con esta nueva situación. Aquí nos podemos encontrar con todas las opiniones, desde la persona que afirma que le gusta la ley Antitabaco porque el no ve bien tener que respirar el humo que sueltan los fumadores, hasta los socios que tienen que salir a la puerta para echar unas caldas a un cigarrillo con la de frío y lluvia que estos días está cayendo en la ciudad.
Así, aseguraron que a este paso seguro cogen una pulmonía nada más que de salir y entrar en la asociación, por lo menos, más de uno ya van teniendo el mal cuerpo de los cambios de temperatura.
De esta forma, la asociación tiene puestos los toldos que ahora en invierno sirven de cobijo a los fumadores, sobre todo, ahora con esta lluvia intermitente.
Lo peor de todo para el colectivo fue la inversión que realizaron en el local para adaptarlo hace cuatro años a la antigua normativa. Así, colocaron unas puertas en mitad para tener zona de fumadores y zona de no fumadores y ahora esas puertas de cristal y metal están de adorno en una esquina, o más bien ocupando un espacio y recordando el gasto realizado.
Cafetería sin humos
Nordin Mohamed es el propietario de la cafetería Gallery situada en la calle Padre Lerchundi y a través de su testimonio ‘El Faro’ ha recogido la opinión de una parte de los afectados por la ley, los hosteleros. Según indicó, ha notado que en un mes el número de clientes que solía venir a la cafetería a disfrutar de un té o un rico café ha disminuido hasta la mitad y los que siguen entrando a son los fijos de siempre o aquellos que no fuman.
De hecho ha tenido que pedir a unos clientes que no fumasen en las instalaciones provocando que ellos decidieran tomarse el café en otro sitio.
Además, en el caso del Gallery la posibilidad de contar con una terraza es muy pequeña, según indicó Mohamed, puesto que la acera es muy pequeña y se encuentra justo al lado de una carretera muy peligrosa.
Así, explicó que las pérdidas llegan por todas partes, ya que no cree que la gente se adapte a esta situación de prohibición.
Por otro lado, muchos locales hosteleros están sufriendo la picaresca o la cara dura de muchos de sus clientes que al indicar que van a fumarse un cigarro se van sin pagar la cuenta. Unos daños que sólo aumentan la gravedad de la situación de estos negocios.