El parque Hernández es uno de los lugares más bellos de la ciudad entre los melillenses. En verano, sobre todo cuando se pone el sol, se llena de vida: niños que juegan; gente paseando; mascotas que van y vienen junto a sus dueños; y amigos que se reúne allí para tomar algo por las noches. Un hermoso mosaico que se deja ver durante los últimos días de la época estival.
En las mañanas de verano el parque se llena de gente que lo atraviesa haciendo deporte. Algunos vienen desde el paseo marítimo, ya van de recogida a casa. Junto a ellos, los más madrugadores son los dueños de perros. Sacan a sus mascotas recién empezado el día. Son la estampa más habitual entre aquellos jardines.
Pero en verano, cuando realmente cobra vida es por las noches. Al ponerse el sol, el parque Hernández se llena de gente. A esas horas, el calor ya se ha disipado –no es tan intenso como las horas principales del día– y son muchos los melillenses que encuentran cobijo entre sus jardínes.
Las familias bajan con sus hijos. Los más pequeños juegan unos con otros en la plaza principal. Algunos disfrutan conduciendo los coches que se encuentran allí; otros van y vienen con sus patinetes. Sin embargo, el mayor grupo de pequeños se encuentra en la zona infantil. Vigilados por sus padres, se pasan el rato columpiándose y tirándose por los toboganes, entre risas.
Samiha es una de las madres que acuden allí con sus hijos por las noches. “Venimos a esta hora porque se está muy agusto y los niños pueden estar jugando sin problemas. Por la mañana hace mucho calor y no es igual”, comenta.
Y es que al anochecer, las fuentes se llenan de colores, que le aportan un toque distinto al parque. Sobre esas horas, al igual que durante el resto del día, muchos melillenses lo atraviesan de una punta a la otra. Algunos están paseando por la ciudad; otros se dirigen hacia el centro y acortan por él. Cuando el sol se esconde, el parque sigue rebozando de encanto.
También están quienes acuden al Candela, el bar que se encuentra en el parque Hernández. Se toman allí algo, charlan y, junto a la brisa que corre entre los árboles, les alivia las noches de verano. “Se está muy agusto”, comenta Lorena, una joven melillense que suele acudir allí junto a sus amigos.
Lo que sí se ve a todas horas son a los melillenses que sacan a pasear a sus mascotas. El parque Hernández es un sitio ideal para dar una vuelta con ellos. Rafa, uno de estos dueños, cuenta que es la zona verde que tiene más cerca de casa. Cruza por el parque, llega a Plaza de España –que también tiene jardines– y vuelve.
En lo que más coinciden los melillenses que frecuentan el parque Hernández es que es el pulmón del centro, un soplo de aire fresco entre tantos edificios. Y en verano, con las altas temperaturas, “se agradece todavía más”, comenta Samiha.
Además, es uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad. Los que vienen de fuera se quedan maravillados con la hermosura de sus jardines. Las altas palmeras, los altos árboles centenarios y el sonido del agua crean en el parque ese ambiente único que destacan todos los que pasean por allí. Entre las más de 1.100 reseñas que tiene en Google, los usuarios destacan “la preciosidad” de los jardines y lo bien cuidado que está.