La implicación excesiva en cada uno de los supuestos conlleva a no trabajar de forma eficaz y eficiente, según afirma la psicóloga Patricia Acinas.
‘La fatiga por compasión’ o las consecuencias de cuidar a otra persona fueron analizadas en la mañana de ayer por la psicóloga experta en intervención en emergencias y catástrofes del Hospital San Juan de Dios de Burgos, Patricia Acinas, en el transcurso de la actividad formativa denominada ‘La intervención multiprofesional en catástrofes’ organizada por el Colegio Oficial de Psicólogos de la ciudad y celebrado en el Salón de Actos del Hospital Comarcal.
Acinas definió en primer lugar, nada más comenzar su intervención, el significado de estar fatigado por compasión, siendo este término designado a a aquéllas personas que “se implican tanto en su trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de trabajadores de Emergencias y que las situaciones acaban calando tanto que acaban sufriendo”.
Los síntomas más evidentes para saber si una persona encargada de atender o de salvar a otra en una situación de emergencia, se pueden resumir primordialmente en tres: el primero de ellos es que a los afectados les cuesta seguir trabajando, siendo el segundo uno de los más importantes, ya que es estar traumatizada por la situación, revivirla con demasiada frecuencia, haciendo partícipes de forma indirecta a las personas a las que se le ha ayudado o a los pacientes.
El tercer síntoma es que a la larga, los trabajadores de Emergencias, ya sean enfermeros, médicos, bomberos, guardias civiles, policías o cualquier otro profesional, no rinden en su puesto de trabajo habitual, cuestión que, tal y como confirmó a ‘El Faro’ Acinas, afecta directamente tanto a la organización de sus funciones como a los compañeros, ya que registran cierto malestar y algunos conflictos originados por esta fatiga.
Para Acinas, lo idóneo sería que se estableciese una evaluación ‘ a priori’ de los perfiles, competencias y requisitos necesarios para que un trabajador de cualquiera de los ámbitos implicados, pueda ejercer su profesión en Emergencias, aunque este requisito no “está aún definido a pesar de que en algunos lugares ya se esté llevando a la práctica”.
En este sentido, y para evitar que un profesional sufra las consecuencias de la fatiga por compasión, es necesario, a juicio de Acinas, “una buena formación específica que prepare a los implicados en distintas situaciones para que puedan dilucidar si están preparados para afrontar y para resolver el caso concreto”.
Otra de las cuestiones destacadas por la especialista en intervención en emergencias y catástrofes es que los profesionales que se dediquen a rescatar y a ayudar a los demás tienen que ser conscientes de que tienen “una vida aparte, que debe ser muy satisfactoria, para que puedan desconectar de su trabajo para paliar las consecuencias de esta fatiga”.
Identificación y solución
Acinas comentó que algunas de las apreciaciones que denotaban que un profesional estaba sufriendo las consecuencias de la fatiga por compasión se circunscribían al trabajo brusco, al ‘bloqueo mental’ del profesional, la hiperactividad y a la elusión de atender a las personas necesitadas.
Algunas de las soluciones propuestas por Acinas es detectar cuanto antes si se padece esta fatiga, trabajar en equipo, porque puede mitigar las consecuencias de este síntoma, la autoconfianza, la autoestima y la formación en este ámbito.
El curso sobre la intervención multiprofesional en catástrofes, continuará el fin de semana próximo con un taller sobre habilidades de comunicación y una ponencia acerca del plan territorial de Emergencias de Melilla.