España atraviesa en estos días la tercera gran ola de calor del verano y Melilla no está siendo ajena a las tremendas temperaturas que se están registrando en todo el país. Si bien es cierto que difícilmente llegaremos a los más de 40 grados de tierra adentro, en la ciudad estar a más de 30 ya es tremendamente agobiante por la humedad que nos aporta el mar.
Las altísimas temperaturas de estos últimos días es el principal tema de conversación entre los melillenses. No hay una sola persona que no diga aquello de “¡menudo calor está haciendo!”. Lo que sale a relucir seguidamente es siempre lo mismo: con el precio de la electricidad es que ni siquiera se puede poner un ventilador.
O sea, que estamos pasando uno de los veranos más calurosos que se recuerda y no tenemos más remedio que aguantar todo lo que podamos porque poner el aire acondicionado, aquel que lo tenga, es poco menos que un lujo, habida cuenta del coste de la luz, al que habría que sumar la crecida de la inflación y, en consecuencia, un incremento en el coste de la vida en general.
En días de un domingo de calor como el de ayer, en que la mayoría de los melillenses no tiene que trabajar, la ciudad se ve absolutamente vacía, principalmente en las horas centrales y comienzo de la tarde. La zona del centro es un ejemplo de esto que decimos. Las terrazas están desiertas hasta al menos la caída del sol y hay muchos establecimientos hosteleros que optan por el cierre.
¿Qué hacen los melillenses para sacudirse el calor? Ir a la playa, que ayer estaba abarrotada con decenas de familias pasando todo el día y llevando sus sombrillas, comidas, mesas, sillas y neveras para disfrutar del mar desde la mañana hasta las últimas horas de la tarde.
Un recorrido por el Paseo Marítimo ponía de manifiesto que la playa es el lugar favorito de la ciudad. Desde Dique Sur hasta San Lorenzo, junto al puerto deportivo, hubo franjas horarias en las que incluso era imposible encontrar una sombrilla libre para cobijarse de los rigores del sol.
Así pasamos los melillenses esta ola de calor que, seguramente, no será la última que vivamos este verano. Todavía nos quedan todo el mes de agosto y de septiembre para ver cómo sube el termómetro y para seguir teniendo en el calor nuestro principal tema de conversación.