La clase política española está inmersa en estos días en el Debate sobre el estado de la nación, que no se celebraba en España desde hace 7 años y que, por lo tanto, ha levantado muchísima expectación. Máxime si se tiene en cuenta que el presidente Pedro Sánchez y su partido, el PSOE, vienen de atravesar momentos amargos, como la derrota a lo grande en Andalucía y tener enfrente a un PP impulsado hacia arriba en las encuestas.
No era de extrañar, por lo tanto, que el presidente se viera en la necesidad de tomar medidas que palien la mala situación económica de las familias, que sufren una inflación galopante motivada, básicamente, por la subida de los precios del gas y la electricidad.
Sánchez no solo debía contentar de alguna manera a los españoles sino que también tenía que hacer un guiño a sus socios de Gobierno y resto de coaligados en la legislatura. Y ahí se encuadra el anuncio de un impuesto especial a las eléctricas y los bancos.
El presidente del Ejecutivo español no se olvidó de citar expresamente a las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta. Es verdad que a ninguna de las dos llegarán las ayudas a la movilidad, que se quedan para cuestiones como los trenes de cercanías, pero siempre es importante que de algún modo estemos presentes en la principal cámara de representación política del Estado.
Lo que sí se aprovechará en Melilla es esa propuesta de dar 100 euros más a los jóvenes estudiantes que consigan beca para el próximo curso académico 2022-2023. Será, sin duda, una forma de aliviar los gastos de las familias que deben hacer frente a las matrículas y libros de sus hijos.
Dicho todo esto, cierto es que hubo cosas que echamos de menos. Por ejemplo, habría sido ideal que Pedro Sánchez anunciara una fecha definitiva para la reapertura de la aduana comercial, que los empresarios melillenses esperan como agua de mayo pero sobre la que todavía no hay más que incertidumbre.
Tampoco habría estado de más que se hubiera concretado algo más el asunto del Plan Estratégico, pendiente desde hace más de un año y cuyo contenido sigue sin conocerse. Desde que sucediera aquella entrada ilegal de miles de marroquíes en Ceuta en 2021 y el Gobierno se comprometiera a realizar el Plan Estratégico con las intervenciones e inversiones necesarias para sacar a las dos ciudades de la tremenda crisis económica que atraviesan, tan solo ha habido reuniones y una empresa encargada de hacer el “diagnóstico” de la situación. A partir de ahí, no se ha movido un papel.
De todos modos, quedan dos días más de Debate sobre el estado de la nación. Cabe la posibilidad de que Melilla y Ceuta vuelvan al escenario nacional muy posiblemente por el salto de inmigrantes del pasado 24 de junio e incluso por las nuevas relaciones entre España y Marruecos.