Melilla ha arrojado datos muy positivos con respecto a un descenso significativo en los porcentajes de pobreza, comparando las cifras entre 2019 y 2021. De ese modo, la bajada en los índices de riesgo de pobreza se establece en 5 puntos porcentuales (del 39.7% al 35.2%) mientras la población con carencia material social severa ha descendido en 10 puntos (del 25.3% al 14.5%). Además, también se ha reducido el número de familias con todos sus miembros en el paro, que pasa de 3.032 a 1.795 (casi 1.300 menos).
Para CpM se trata de una “buena noticia” que políticamente le favorece, habida cuenta de que hace más de 20 años que su discurso se basa, fundamentalmente, en la lucha contra la pobreza como objetivo primero de su acción pública.
Por eso no sorprende que Mustafa Aberchán saque pecho y valore muy positivamente los citados datos. Al fin y al cabo, ve cómo su prioridad política va consiguiendo avances, lo cual le hace comprometerse aún más en profundizar en todas las mejoras que puedan producirse en ese sentido.
Y no olvidó resaltar que esos números positivos se han conseguido en tiempos de especial dificultad, como han sido la pandemia y consiguiente crisis económica precisamente en los años que se toman como referencia para el estudio.
En la rueda de prensa en la que valoró esos datos, Aberchán habló de esperanza entre las personas afectadas por el riesgo de pobreza y también hizo valer la gestión de CpM en el Gobierno como motor de inversiones, que permiten el descenso en las estadísticas en esa materia.
El presidente de CpM entiende que va cumpliendo con el objetivo que lo llevó hasta la política y aseguró que continuará en esa línea porque el fin último, para cualquier político, tiene que ser “la justicia social”.
No cabe duda de que alguna responsabilidad tendrán las áreas de gobierno de CpM en todo esto. Así lo reivindica el dirigente cepemista que insiste en que hay que “combatir esa lacra”, un discurso difícil de rebatir cuando se plantea que lo importante es la “justicia social”.
Siendo como son datos positivos, habrá que ver qué sucede a lo largo de 2022, un año en el que la inflación está disparada (un 10.2%, según el dato adelantado de junio) y en el que se ciernen nubarrones sobre el crecimiento económico en todo el país debido, entre otras cuestiones, a la guerra.