Hace un par de semanas, la ministra de Educación Pilar Alegría cesó al Secretario de Estado de Educación y fue sustituido por D. José Manuel Bar. Este cese llega después de grandes críticas al nuevo currículo por parte de distintos estamentos. La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) apunta que dos semanas después de este cese, y ya metidos en mediados de junio, todavía no hay currículo, y no se espera que haya hasta mediados de julio, con todo lo que trae aparejado.
La organización sindical afirma que esto se debe a que cada Gobierno que pasa por el poder quiere meter su cuchara y cambiar la ley educativa y que, tal y como decía Nelson Mandela, “la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
El sindicato explica que los equipos directivos de los centros están bastante preocupados, ya que se encuentran atados de pies y manos, y no pueden planificar las ofertas educativas de cara al próximo curso. En ese sentido, sin ser su responsabilidad, están dando una mala imagen ante los padres y alumnos, puesto que son la cara visible de la administración en los centros educativos. A día de hoy todavía se desconocen las asignaturas que se impartirán tanto en la ESO como en el bachillerato y el número de horas que tendrán.
Igualmente, CSIF señala que la imagen ante el profesorado tampoco es mucho mejor, pues los docentes se temen que el currículo nuevo saldrá deprisa y corriendo, a última hora, y, como viene siendo habitual, sin la aportación de los que lo han de implantar y trabajar con él en el aula día a día. La tardanza del currículo va a traer aparejada una serie de reuniones que tendrán que llevarse a cabo a finales de julio, en el mejor de los casos. Estas reuniones no solo implican a los equipos directivos sino también a los departamentos didácticos y a los claustros enteros. La administración siempre apremia al docente en los plazos de entrega de documentación.
Desde el sindicato comentan que la imposibilidad de determinar los libros de texto es otro de los “daños colaterales” del Ministerio hacia los docentes de Melilla y Ceuta. Tampoco se pueden preparar los horarios, dado que no se sabe con certeza las horas que se asignarán a cada una de las materias. Tampoco se puede determinar el cupo necesario.
Así pues, la organización sindical apunta que lo más adecuado sería retrasar el inicio del curso escolar (para los alumnos) al menos hasta la segunda quincena de septiembre y, evidentemente, que El Ministerio convoque la Mesa de Negociación de Melilla y Ceuta y se concrete el curriculum lo antes posible.
CSIF asegura que ya está bien de desatender a Melilla y Ceuta, pues son sus únicos territorios de responsabilidad directa.