La Policía Judicial de la Guardia Civil de Melilla se ha puesto en contacto con los familiares del joven marroquí Ayoub Zineddaine, de 25 años, y le han confirmado que, en efecto, el cuerpo encontrado flotando el 31 de mayo en aguas de la ciudad es el del chico que llevaba 14 días sin dar señales de vida. Lo identificaron porque tenía encima su documentación; vestía su ropa y llevaba un tatuaje reconocible en un brazo.
Así lo ha explicado a El Faro Laila Zineddaine, su prima, también marroquí, residente en Canarias, que ahora denuncia que desde los servicios funerarios de Melilla le han dicho que va a ser muy difícil que el cuerpo del joven pase la frontera para ser trasladado a su ciudad, Agadir, donde la familia quiere darle sepultura.
En la misma situación de Ayoub Zeneddaine, hay otros dos cadáveres en la morgue de Melilla. Sus familiares quieren llevárselos a Marruecos, pero no tienen autorización para hacerlo.
Según explica Laila Zineddaine en declaraciones a El Faro, su primo preparó con unos amigos su entrada por mar en Melilla, pero al ver que venían agentes marroquíes, sus amigos desistieron.
Él se quedó para ver si tenía oportunidad de cruzar y el resto de la historia ya se conoce: fue hallado muerto, flotando en aguas cercanas a Melilla, el 31 de mayo.
Ahora la familia, que se ha puesto en contacto con la Comisión Islámica de Melilla, pide a las autoridades españolas y marroquíes un poco de colaboración para poder trasladar el cuerpo a Agadir y que sus padres puedan enterrarlo.
Continúa de esta forma la sangría de migrantes que desde que cerró la frontera en marzo de 2020 han perdido la vida intentando cruzar a nado de Marruecos a Melilla.
Esta situación no se daba antes de la pandemia porque los migrantes marroquíes podían pasar a Melilla sin visado gracias al Tratado de Buena Vecindad y a la excepción de Schengen. De esa forma no sólo entraban los nadorenses a buscarse la vida en Melilla sino también de las localidades vecinas.