El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió durante su visita a nuestra ciudad el pasado 23 de abril que Melilla es una cuestión de Estado y por eso, aprovechó que venía a anunciar la reconciliación con Marruecos para poner en valor las inversiones de su Ejecutivo.
Ese día nos dijo que habían llegado a Melilla 25 millones de los Fondos Covid en 2020; otros 21 millones de los Fondos Complementarios en 2021; 60 millones incluidos en los Presupuestos Generales del Estado; otros 80 millones para la construcción del nuevo hospital y 12 millones para equiparlo y, por último, habló de 43 millones de euros para el transporte marítimo y aéreo con la península.
Este último dato chirría en días como estos en los que hace buen tiempo en Melilla, pero hay nubes bajas y se cancelan los vuelos con destino o llegada a la ciudad.
Cuando eso ocurre, todos tenemos asumido aquí que no vamos a encontrar forma humana de llegar o salir de Melilla y menos aún si esto ocurre en vísperas de un festivo para los funcionarios de la Administración local, que celebran Santa Rita, su patrona o de un fin de semana de comuniones.
Por eso llamó mucho la atención el anuncio de los 43 millones de Sánchez para el transporte aéreo y marítimo porque desde que empezó la pandemia y coincidiendo con que estaban en el Gobierno PSOE y Unidas Podemos las comunicaciones entre Melilla y la península han sufrido un cambio importante por más que desde el Partido Socialista nos digan que tenemos el mejor contrato marítimo de la historia.
El caso es que el senador de Compromís Carles Mulet, un partido a través del cual CpM tramita sus preguntas y enmiendas al Gobierno central, pidió este 25 de marzo al Ejecutivo el desglose de esos 43 millones de euros que Pedro Sánchez dice que se han invertido en el transporte marítimo y aéreo de Melilla.
Casi un mes después Compromís recibió la respuesta en la que se barajan tres grandes cifras. La primera de ellas son 20 millones de euros para subvenciones de viajes de residentes en Melilla y Ceuta. De ese dinero, la mayor parte (aproximadamente 14 millones de euros) se la llevan los melillenses. Supongo que la explicación está en la distancia y en los precios que hay entre cada una de las ciudades autónomas y la península.
Por otro lado están los 3 millones de euros que el Gobierno central destina a Air Nostrum para cubrir la bonificación al transporte aéreo para las rutas de Melilla con Almería, Granada y Sevilla.
En tercer lugar está la cantidad presupuestada para la bonificación a residentes no peninsulares que es de 32,6 millones para Melilla y Ceuta. En este punto el Ejecutivo no ha especificado, pese a que así se lo pidió el senador de Compromís, cuánto dinero de esa partida es para nuestra ciudad.
Para que sume 43 millones, de esos 32,6 al menos 26 millones tienen que ser para Melilla, lo que significa que para subvenciones en Ceuta sólo quedarían 6,6 millones.
Pero eso no lo sabemos. No sabemos si el presidente cometió un desliz y tenemos dudas razonables porque no está claro de dónde salen esos 43 millones de los que habló el presidente. El Ejecutivo no lo aclara y no sabemos si es un problema de prisas a la hora de contestar o falta de transparencia.
Es un hecho que nadie en Melilla puso en duda lo que dijo Sánchez hasta que lo ha preguntado CpM a través de Compromís. Llámese desliz o fake news, pero lo cierto y verdad es que ni el propio Gobierno ha podido justificar una inversión tan cuantiosa.
El PP estuvo gobernando en Melilla 20 años. Doy por hecho que personas como el ex consejero de Turismo Javier Mateo saben de qué se habla cuando se habla de 43 millones para el transporte aéreo y marítimo. Pero como está desaparecido, se ve que no hay nadie que repase las números.
Creo sinceramente que la gente debe ser consciente de los esfuerzos que hace el Gobierno de España en esta ciudad. Está llegando mucho dinero para transición verde o políticas de igualdad, turismo y contra la violencia de género. Pero hoy por hoy no nos pueden vender que el transporte aéreo y marítimo es una prioridad porque no pueden justificarlo.
El aislamiento de Melilla es uno de nuestros talones de Aquiles. A día de hoy no somos un destino atractivo ni siquiera para funcionarios. Todo el que tiene que salir de la ciudad o regresar de urgencia lo sabe. El problema es que nuestros políticos no se enteran y nos subestiman. En el fondo se creen que somos tontos.