La Casa de Melilla en Barcelona reunió en su sede el sábado pasado a socios y simpatizantes para la celebración de Sant Jordi y el Día del Libro.
La breve nota recibida informa que la velada transcurrió en un ambiente “muy cordial y alegre” donde se leyeron fragmentos del Quijote y al final se entregaron rosas a las asistentes.
La Casa de Melilla en la capital catalana representa un hogar para todos los melillenses que acuden regularmente a sus actividades y se mantienen al día de la actualidad de la ciudad autónoma, con la finalidad de no perder el contacto.
El centro abrió inicialmente sus puertas en la céntrica calle de Ortigosa, en el barrio de Ciutat Vella, donde tan sólo permaneció un año por el rápido crecimiento del número de socios.
De ahí saltó a un local en calle Provença, próximo a la estación de Sants, donde se puso en marcha la Semana Cultural de Melilla con un certamen literario, un campeonato de dominó y otro de gastronomía.
Posteriormente, en 2009 se trasladó a Nou Barris para poder afrontar un alquiler más asequible para todos los bolsillos.
En 2017, el fundador de la Casa Regional de Melilla en Barcelona, Rafael Vega, fue seleccionado Melillense del Año.
Además de la referida programación cultural, la Casa también organiza visitas y excursiones a otras localidades. Por ejemplo, a fines del año anterior realizó una visita a un monumento romano cerca de Tarragona.
Se trató de la villa de Centcelles, uno de los monumentos romanos conservados más importantes de España, cuyos restos visibles en la actualidad fueron construidos en el siglo IV d.C. y están incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
De acuerdo con datos publicados en El Periódico de Cataluña, en 2018 vivían cerca de 6.000 melillenses en Barcelona, y había unos 15.000 en toda la comunidad autónoma.