La Unión Deportiva Melilla regresó este miércoles a los entrenamientos tras detectar hace una semana 14 casos de covid 19 en el primer equipo, entre plantilla y cuerpo técnico. En la mañana de este miércoles a cada uno de los componentes de la primera plantilla unionista se le realizaron los habituales test, en esta ocasión con buenas noticias, y acto seguido se ha preparado una sesión de trabajo en La Espiguera, donde todos ellos se vistieron de corto para preparar el próximo de los enfrentamientos que tendrán que afrontar dentro del grupo quinto de la Segunda División B del fútbol español, que se jugará en la mañana del domingo, sobre el césped del estadio municipal Álvarez Claro, donde el conjunto melillense se las tendrá que ver ante el cuadro almeriense del Atlético Pulpileño, a partir de las 12:00 horas.
Los tres puntos en juego son vitales de cara a la clasificación general para ambos contendientes ya que las dos escuadras quieren escapar cuanto antes de las posiciones más bajas de la tabla clasificatoria. Después de una semana de parón, en uno de los momentos más decisivos de la temporada, se ha optado por una sesión eminentemente física a las órdenes del preparador Carlos Gómez.
Los jugadores realizaron pruebas de fuerza para evaluar su estado, primero para ver cómo están aquellos futbolistas que han pasado la enfermedad, aunque sin síntomas, y segundo, comprobar si el frenazo en los entrenamientos puede repercutir en la competición y cómo se puede recuperar el tono lo antes posible.
El de ayer fue el primer día de trabajo para preparar un duelo vital, el que enfrentará al equipo el próximo domingo, en el Estadio Álvarez Claro, al Atlético Pulpileño, un rival directo en estos momentos. Los unionistas, a pesar del parón forzoso por el brote de covid, afrontan este partidos con buenas sensaciones de cara a lograr un nuevo triunfo liguero y que se olvide cuanto antes de la mala racha de resultados en los cuales está sumido el máximo representante nacional del fútbol melillense.