Creía que había unanimidad en Melilla en que para salir del hueco al que nos ha empujado la maniobra de asfixia marroquí se necesitan rebajas fiscales como las que han convertido a Gibraltar en un enclave próspero capaz de dar trabajo a los españoles.
Si los euros florecen en una roca en medio de la nada, ¿por qué no iban a venir corriendo a Melilla si tuviéramos rebajas fiscales importantes?
Parece obvio, pero no todos lo tenemos tan claro. Mientras aquí deshojamos la margarita, Andorra, en mitad de las montañas y cubierta de nieve, se forra con el turismo de compras. Pero esos ejemplos no convencen al Gobierno del PSOE y Podemos. No lo ven claro. Hablaron de una apuesta por Ceuta y Melilla que no acaba de cuajar y la legislatura está entrando en su tramo final.
Hace unos meses Coalición por Melilla presentó junto al PP de Ceuta un proyecto de ventajas fiscales para atraer empresas a las ciudades autónomas. Pero ni las enmiendas que tramitó Compromís, ni las que movió el Partido Popular por su cuenta llegaron a buen puerto porque el Partido Socialista las rechazó en Madrid.
No podemos imaginarnos qué explicación han dado los socialistas de Melilla y Ceuta a sus socios de Gobierno para justificar el rechazo de cualquier ventaja fiscal que alivie la subida desproporcionada de los precios en las ciudades autónomas.
La inflación ha subido en toda España, pero en Melilla está desbocada. Ha llegado, por tanto, la hora de pensar en algún incentivo para la llegada de mercancías a la ciudad porque los precios están batiendo récords históricos.
Una bolsa de dos kilos mandarinas o naranjas se pagan por menos de un euro en Valencia, pero llegan muy caras a Melilla. Las mercancías han tenido que adaptarse a las restricciones de los barcos. Si sólo tenemos tres barcos semanales a Almería y otros tres a Motril, significa que lo que antes entraba a diario, ahora entra tres veces por semana.
Menos barcos se traduce también en productos más caros en Melilla, por mucho que la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, se empeñe en explicar que con el nuevo contrato marítimo subir el coche al barco saldrá por 60 euros, en lugar de los 100 que estamos pagando ahora.
Yo hasta que no lo vea, no lo creo. Esta gente está abonada a la postverdad. Mira por dónde, los mejores discípulos de Trump no están en Vox sino en el PSOE. ¿Os acordáis cuando Sánchez nos prometió que a finales de 2021 íbamos a pagar lo mismo de luz que en 2018? Eso fue una vulgar ficción y nadie ha pedido disculpas por mentir tan descaradamente.
Muchos tenemos claro que los melillenses necesitamos que el Gobierno central haga algo para paliar la subida de los precios de la cesta de la compra o de lo contrario, los profesionales empezarán a huir en estampida de las ciudades autónomas. Si un médico o un maestro gana más de este lado, pero los precios son más altos, los pisos son viejos y caros y no hay estabilidad laboral al final, aquí vendrá quien no tenga futuro en ninguna otra parte de España. Seremos un polo de atracción del talento residual.
No sabemos qué motivos ha esgrimido el PSOE para rechazar las enmiendas que pedían rebajas fiscales en Melilla. Lo de que no hay dinero, tendrán que explicarlo porque sí ha habido 53 millones de euros para rescatar a la aerolínea Plus Ultra, vinculada a la narcodictadura venezolana. También han rescatado con dinero público las autopistas: unos 1.000 millones de euros, según algunos cálculos conservadores. Está claro que cuando quieren, pueden y además, encuentran el dinero.
Creíamos que el Gobierno de España hablaba en serio cuando decía que iba a preparar un rescate para Ceuta y Melilla. Pues bien, ese rescate no sólo no ha llegado sino que, además, no está en camino. Todo lo que ha hecho el PSOE y Podemos ha sido prometer villas y castillas y no ha dado nada.
A día de hoy no hay Hospital Universitario terminado en Melilla; tampoco se hizo el hospital modular; el laboratorio covid no es para todo el mundo; los centros de salud están saturados; las bajas de sanitarios y docentes se cubren de aquella manera; las PCR sólo se hacen a los no vacunados con perfiles vulnerables; hay un brote de rabia en la ciudad y te encuentras gatos y perros callejeros por todas partes; seguimos teniendo niños durmiendo en las escolleras del puerto y la mayor parte de nuestros políticos se muestra satisfecho con su gestión.
Da pena pasear por las inmediaciones del puerto de Melilla y ver los muelles vacíos. Vamos camino de compartir intereses con los partidos que representan a la España vaciada porque los de toda la vida tienen otros prioridades y no se preocupan de nuestro futuro. Somos un trocito de la "España olvidada". Gobierne quien gobierne, no vemos mejoras.
Anda que agradecer al rey lo que hace por Melilla y Ceuta, después de prohibirle que nos visitara en 2020. No hay vergüenza. Tienen una memoria histórica selectiva.