Melilla ya nota los efectos de la Nochevieja. En los cinco días posteriores a la celebración del fin de año, la ciudad ha acumulado casi 1.000 contagios de coronavirus, registrando récords de infecciones diarias.
Actualmente, Melilla roza los 1.600 casos activos de covid-19 y durante el pasado mes de diciembre se registraron casi cuatro veces más contagios que durante el mismo mes del 2020.
Los datos indican que la sexta ola de la pandemia está siendo más intensa que las anteriores en cuanto a la trasmisión del virus, debido principalmente a que las restricciones sanitarias son más laxas ahora que en otras ocasiones y solo el hecho de que una gran parte de la población esté vacunada impide que se registren más fallecimientos y que los servicios hospitalarios estén colapsados.
De todas formas y a pesar de la protección que otorga la vacuna, que reduce en la mayoría de los casos de el riesgo de enfermar gravemente, la población debe ser consciente del peligro que entraña manejarse en estas cifras de contagios tan disparadas.
La situación del sistema sanitario local está lejos de encontrase desahogado, los sanitarios llevan más de un año luchando en primera línea contra el virus y no se puede seguir cargando sobre ellos más esfuerzo. Además, cuantos más infectados tengamos, más posibilidad hay de que uno de estos sea grave con el peligro que esto conlleva.
La situación epidemiológica en Melilla, al igual que en le resto de España y muchos lugares del mundo, es ahora mismo complicada, por lo que es de vital importancia que cada ciudadano haga el esfuerzo de mantener los consejos sanitarios para prevenir contagios.
Si la curva de contagios no llega a reducirse, es muy posible que las autoridades tengan que imponer nuevas restricciones, como toques de queda, ampliar las limitaciones de aforo o prohibir las reuniones sociales que superen un determinado número de personas. Si no queremos volver a encontrarnos en esta situación, debemos ser responsables y cumplir con la parte que nos toca a cada uno.