Los Bomberos de Melilla tuvieron una mañana de miércoles sin parar. Recibieron un gran número de avisos, aunque fueron todos de intervenciones de tipo menor. Y aunque no se sabe exactamente el causante de muchas de ellas, lo cierto es que ocurrieron en un día de mucho viento y en el que se registró un seísmo de magnitud 4. Los Bomberos realizaron más de una decena de salidas durante toda la mañana y las llamada, por fortuna, al cierre de este periódico, dejaron de producirse a las 15:00 horas.
Desde este servicio se indicó a El Faro que habían intervenido dentro de una vivienda porque se había desprendido una parte del falso techo que había en el inmueble.
Otra muchas salidas se realizaron para atender la demanda de ciudadanos que habían visto cascotes de fachadas. Se destinaron varias de las intervenciones al saneamiento de las fachadas de varios edificios en diferentes barrios de nuestra ciudad, según indicaron a este periódico.
Asimismo, recibieron otros avisos relacionados con la rotura de cristales en varios edificios.
Fue a partir de las 15:00 horas cuando ya se dejaron de recibir avisos por parte de los ciudadanos para solicitar la ayuda de los Bomberos. Hasta esa hora más o menos habría unas 14 salidas.
El viento sopló ayer con cierta fuerza hasta los 45 kilómetros por hora, según se informaba en las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología. Y también se encontró la ciudad en aviso amarillo por fenómenos costeros de fuerza 7, según estas misma agencia.