El hospital Comarcal de Melilla ya roza la veintena de ingresados y si la evolución de la curva de contagios continua como lo han hecho a lo largo de esta sexta ola de la pandemia, es de esperar que esta cifra se incremente.
Llevamos desde noviembre registrando un crecimiento exponencial de los contagios de covid-19, lo que va generando una presión hospitalaria cada vez mayor. Es cierto que la vacuna ha impedido que muchos de estos casos se compliquen y necesiten de atención hospitalaria, pero la cantidad de infectados sigue creciendo paulatinamente y es preciso recordar que el sistema sanitario melillense tiene un límite. En algún momento, si los contagios no se detienen, el Comarcal se verá colapsado y no podrá atender a los nuevos enfermos como es debido. Ahora mismo, la situación es delicada y no se puede tensar más la goma. Por ello, es difícil entender las aglomeraciones de personas que se han producido a lo largo de los últimos días con motivo de las celebraciones navideñas.
Aún no ha terminado la Navidad y en Melilla contamos con casi 700 casos activos de coronavirus y el peligro de contagio es alto. Tras las fiestas vamos a registrar un repunte de los contagios y esto va a repercutir necesariamente en el número de personas que van a necesitar asistencia en el hospital. Nuestro sistema sanitario va a verse comprometido y con ello la salud de los melillenses.
Cada vez que una persona se contagia no solo pone en riesgo su salud y la de los que le rodean, sino que también está sobrecargando los servicios de atención primaria y, si la enfermedad se complica, los servicios hospitalarios. Correr situaciones de riesgo de contagio pone en peligro la vida de uno mismo y las de otros conciudadanos.
Las autoridades locales deben tomarse en serio controlar todos aquellos encuentros masificados en los que no se respetan las normas sanitarias y actuar en consecuencia. Es preciso salvaguardar la salud del conjunto de los ciudadanos y especialmente hay que proteger a nuestros sanitarios, que llevan desde marzo del año pasado luchando contra este virus. Los profesionales de la sanidad necesitan poder trabajar en las mejores condiciones posibles y para eso es necesario que los servicios no estén saturados. Han sido, y siguen siendo, nuestro escudo frente al coronavirus, pero para realizar su función necesitan de la colaboración del conjunto de la sociedad.