Una familia marroquí ha tenido que aceptar "con amargura" enterrar a su hijo en Melilla a pesar de su intención de hacerlo en su país de origen. Ayoub Azul, un menor de 15 años, falleció intentando llegar a la ciudad hace tres meses y desde entonces, su cuerpo se encuentra en la morgue de Melilla, ha señalado la Asociación Marroquí de Derechos Humanos.
La familia se desplazó desde Agadir, ciudad situada en el sur de Marruecos, hasta Nador con el apoyo de la AMDH Nador para recuperar el cuerpo. Sin embargo, señalan que tanto las autoridades marroquíes como españolas lo rechazaron. Así pues, ante la negativa, la familia aceptó enterrarlo en Melilla.
También critican que se haya pedido un test de ADN a la familia sin precisar el método que va a ser usado para ello; esperan aún estos detalles. Señalan que la frontera está cerrada y se preguntan si las muestras pueden ser enviadas hasta España sin sufrir daños. Por ello piden que se responda a las preguntas de la familia para que se hagan los test y puedan enterrar a su hijo lo antes posible en el cementerio musulmán.
Frontera
No es la primera vez que se vive esta situación. El pasado mes de septiembre la familia del marroquí Abdelfattah Charkaoui le dio el último adiós desde el otro lado de la valla. El joven fue enterrado en Melilla y sus parientes lo despidieron desde Marruecos.
La familia del Charkaoui había solicitado a las autoridades marroquíes que abrieran la frontera para repatriar el cuerpo, llevarlo a Nador y enterrarlo pero estas se negaron, afirma Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), quien ha acompañado a la familia en tan duro momento.
La Asociación señala que ante la negativa del Gobierno marroquí de reabrir la frontera para repatriar el cuerpo, la familia se vio obligada a aceptar que Charkaoui fuera enterrado en Melilla, en el cementerio Sido Ouriach por la Asociación Musulmana de Melilla, explican.
Pobre chaval con una vida entera por vivir y que dolor indescriptible el de sus familiares que ni tan siquiera pueden enterrarle junto ellos en la lejana Agadir.
Agadir...una ciudad agradable con gente servicial y amable donde muchos melillenses hemos sido bienvenidos y donde hemos disfrutado de la hospitalidad de los "gadiri".
Muy triste que gobiernos insensibles a las vicisitudes y desgracias a las que nos enfrentamos los vecinos de a pie de los dos países no tengan un mínimo de empatía ante situaciones como esta. Algún día tendrán que rendir cuentas por su falta de humanidad.
Y ojo, da pena ver y escuchar comentarios por ahí de personas que criminalizan a vecinos con los que siempre nos hemos llevado bien y que nada tienen que ver con las políticas que practican gobiernos insensibles a los que les importa un pimiento lo que nos pase a unos u a otros y nos convierten en rehenes de sus fracasos.
Descansa en paz Ayoub y ánimo a tus familiares.
La frontera que se quede cerrada SINE DIE. Melilla sobrevive pese a todo, la ciudad funciona, hay menos delincuencia y el desempleo ha descendido ya que hay más contratación local. Reconozcamos que vivimos a gusto y muy tranquilos con la frontera cerrada. Además, la gente gasta más en el comercio local y también sigue viajando a la Península. Lo lamento por los transfronterizos, pero Melilla no es la Agencia de Colocación del Rif.
Una pena lo de este pobre infeliz, todo por culpa de la NarcoDictadura feudal marroquí... Pues ya saben: que vayan a reclamarle a su asqueroso rey su falta de humanidad.