Melilla casi ha duplicado el número de casos activos de coronavirus en una semana. Después de entrar en la llamada ‘nueva normalidad’ y registrar un descenso de contagios y una reducción de la presión hospitalaria, la ciudad ha vuelto a subir en el semáforo del Ministerio de Sanidad que marca el riesgo de contagio.
La situación en Melilla no es alarmante, pero es preciso tener un ojo sobre los datos. Ya hemos vivido esta situación con anterioridad. Hemos superado ya cinco olas de la pandemia de covid-19 y cada una le sucedió un repunte de casos que obligó a tomar nuevas medidas restrictivas para detener el avance del virus.
No podemos dejar que una situación similar vuelva a darse. Las dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus ya se están administrando a aquellos grupos de edad indicados, y aquellos que aún no se han inmunizado deberían no demorarlos más. Además, se debe hurí de las situaciones de riesgo. Se está perdiendo el respeto al virus, cada vez es más habitual ver a personas sin la mascarilla, que sigue siendo obligatoria siempre que no se puede mantener la distancia de seguridad, y las aglomeraciones de personas son más que habituales.
Quien piense que la pandemia es cosa del pasado está muy equivocado. Es muy posible que el número de fallecidos no alcance las cotas anteriores gracias a la vacuna, pero padecer el coronavirus sigue implicando daños muy serios a la salud. La responsabilidad debe seguir siendo fundamental, no podemos permitidos nuevas restricciones que nos hagan retroceder todo lo ganado en los últimos meses.